Un informe de la PDI define al «Tren de Aragua», quienes tienen sus orígenes en el estado de Aragua, en Venezuela, como una “megabanda” con un “centenar de integrantes y un núcleo articulador” que ha logrado “el objetivo común de dominar territorialmente la zona”.
Un informe de la PDI define al Tren de Aragua, próximo a ir a juicio en Pozo Almonte, Región de Tarapacá, como una “megabanda” con un “centenar de integrantes y un núcleo articulador” que ha logrado “el objetivo común de dominar territorialmente la zona”.
Según publicó este sábado La Tercera, el análisis de la policía se remonta a los orígenes del grupo, el cual proviene del estado de Aragua, en Venezuela, donde sus centros de coordinación se encuentran en el barrio de San Vicente y en la cárcel de la ciudad, conocida como “Tocorón”, y donde está su líder: Héctor Rutherford Guerrero Flores, alias el “Niño Guerrero”.
“Producto de la crisis en Venezuela, las megabandas han migrado por todo Sudamérica, con el objetivo de expandir su control territorial. Inicialmente hacia Colombia y Brasil y posteriormente a Ecuador y Perú. A partir de 2020 mantiene presencia en la frontera norte de Chile”, añade el informe de la PDI.
Además, se consigna que se nutren económicamente de secuestros, sicariatos, tráfico de armas, tráfico y trata de personas, estafas y “vacunas” (protección a negocios legales-ilegales que operan en sus territorios). “El narcotráfico es solo una más de las formas en que obtienen sus ingresos”, se lee en el documento.
Asimismo, la PDI identificó a su jefe, soldados y brazos operativos. Por ejemplo, detectaron que Carlos González Vaca, alias “Estrella”, es el cabecilla del grupo en Chile. “Imparte instrucciones a sus subordinados y recibe reportes de todos los delitos que realiza la organización a nivel nacional, como son el tráfico de drogas, tráfico de migrantes, extorsiones (cobro a transportistas y prostitutas) y secuestros”, sostiene el informe.
También participó en actividades de tráfico de migrantes, donde tenía el control territorial en la frontera de Bolivia-Chile, aunque ya en Pisiga captaba a sus víctimas, para luego mantenerlas bajo amenaza en el Hotel España, a cambio del pago de dinero antes de hacerlas ingresar a Chile por pasos no habilitados, ubicados en la frontera.
Su segundo a bordo en el grupo es Hernán Landaeta Garlotti, alias “Satanás”. Su rol es el de “lucero”, es decir, quien “bajo el mando del líder” realiza “funciones como sicario, además participa de amedrentamientos vinculados al cobro de ‘vacunas’ (comisiones) en casos extremos, en que los individuos se resisten a pagar”.
Landaeta Garlotti mantiene dos órdenes de detención por parte de Interpol. Una data del 18 de febrero de 2019 por parte de Venezuela y la otra es de Perú, del 14 de septiembre de 2020. La razón: su vinculación a homicidios calificados en esos países.
En el tercer eslabón aparece Harold Petare, “jefe de plaza” de la organización. “Cumple el rol de lugarteniente de la célula que se encuentra en la Región de Tarapacá”, detalla el análisis de la PDI, agregando que ha tenido participación en secuestros y otros delitos.
Además, mantiene un contacto directo con “Estrella” y también con Juan Carlos Blanco, el “encargado de viajes” de la banda. “Su actividad consiste en ser el encargado del traslado ilegal de migrantes (…). Coordina el cobro de ‘vacunas’ a los transportistas de distintas nacionalidades señalando en ocasiones el cobro ‘que él manda’, los que son realizados por medio de extorsivas”, advierte la PDI.
Para cerrar el “alto mando” del Tren de Aragua están los cuatro “jefes de logística”, cuyo rol es tramitar el pagos de tickets de viaje a las distintas compañías de buses dentro de la región y encargarse de la “recepción de migrantes, de conseguir pasajeros y venta de boletos con dirección a Santiago”, como también del cobro a quienes transportan a los migrantes ilegales por la frontera.
De ahí en más quienes siguen la línea de mando son los “soldados”, que ejecutan las instrucciones del resto, siempre bajo amenaza y una violencia que, advierten los investigadores, es poco habitual en Chile.
Por lo mismo, para el Ministerio Público ha sido una prioridad lograr una sentencia en este caso, pues a su juicio –y tal como se expuso en la acusación ingresada por la Fiscalía Regional de Tarapacá– “su estructura tiende a ser una adaptación de las jerarquías militares. Es así como con esta forma de organización y estructura jerárquica, con férrea disciplina, llegó a Chile, desplegándose en las regiones de Tarapacá y Valparaíso”.
A casi tres años de su irrupción en Chile, el Tren de Aragua se ha hecho prácticamente incontrolable en sus ramas y variaciones. Del grupo que llegó por primera vez emergieron otras “células”, como por ejemplo “Los Gallegos”, y se cree que otra decena de organizaciones que, para quienes indagan este tipo de grupos, radicalizaron la manera de delinquir que se conocía en nuestro país.
PURANOTICIA