Nicolás Cataldo destacó que han visto “un fenómeno extraño que es digno de ser más estudiado”.
El ministro de Educación, Nicolás Cataldo, hizo un repaso del año, destacando logros y desafíos pendientes, como el aumento de la deserción escolar en los sectores socioeconómicos altos, particularmente en colegios particulares pagados.
Destacó que han visto “un fenómeno extraño que es digno de ser más estudiado”.
“De hecho yo le pedí al Centro de Estudios del Ministerio que profundizara más en ello, y es que la deserción escolar está aumentando en los sectores socioeconómicos más altos”, sostuvo, para luego mencionar que "de hecho, la única dependencia administrativa que aumentó la deserción fue la Particular Pagada”, manifestó en entrevista con radio ADN.
La autoridad detalló que “es un tema que merece un estudio más profundo. Si bien el homeschooling y la salud mental podrían influir, también estamos frente a una pérdida de confianza en el sistema escolar tradicional”.
Sin embargo, el ministro destacó que las cifras de deserción han disminuido significativamente en los sectores más vulnerables, lo que considera “un logro de las políticas implementadas tras la pandemia. Hemos avanzado en asistencia y revinculación, pero sabemos que no podemos conformarnos”.
Respecto a los resultados de la prueba Simce, el ministro valoró el aumento general en los desempeños, tanto en educación pública como particular. “Estos avances nos demuestran que estamos cerrando algunas brechas generadas por la pandemia. Aunque los resultados en lenguaje muestran una contención respecto al promedio de la OCDE, seguimos lejos de revertir la brecha con los países desarrollados”.
El secretario de Estado también abordó los bajos desempeños en pruebas internacionales, como el estudio Internacional de Tendencias en Matemáticas y Ciencias (del inglés Trends in International Mathematics and Science Study, TIMSS), que evidenciaron un retroceso de 12 años en los aprendizajes de octavo básico.
Cataldo explicó que estas evaluaciones no siempre están alineadas con el currículo chileno y destacó la necesidad de optimizar la inversión educativa. “Chile destina cerca del 6% de su PIB a educación, pero los resultados no están a la altura de ese esfuerzo. Esto nos obliga a buscar mayor eficiencia en el gasto público”.
También se refirió al rol de los servicios locales de educación, que han mostrado una mejora en resultados de aprendizaje en ciertas zonas. “Es una historia muy corta para decir ‘esto se consolidó, estamos superbién’ o ‘esto no funcionó, fracasó, hay que echarlo abajo’, pero en resultados de aprendizaje, los servicios locales están creciendo a un ritmo más acelerado que el resto”.
Al proyecta el 2025, el último año de gestión, el ministro destacó la importancia de mantener el enfoque en la calidad educativa y la inclusión. “El reto no solo es recuperar aprendizajes perdidos, sino también fortalecer la confianza en el sistema escolar para que sea un espacio seguro y efectivo para todos los estudiantes”.
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