"Si no colaboramos con Venezuela en encontrarlos y detenerlos, los ciudadanos chilenos y también los venezolanos que viven en Chile no confiarán más en nuestras instituciones, sentirán desconfianza de nuestras democracias", fueron parte de las palabras de la ministra del Interior, Carolina Tohá, en su intervención en la reunión de Ministros y Altas Autoridades de Seguridad Pública y Crimen Organizado del Consenso de Brasilia, que se desarrolla en la Cancillería.
La ministra del Interior, Carolina Tohá, defendió la colaboración con Venezuela en el caso del secuestro y homicidio del exmilitar Ronald Ojeda, al intervenir en la reunión de Ministros y Altas Autoridades de Seguridad Pública y Crimen Organizado del Consenso de Brasilia, que se desarrolla en la Cancillería.
“Fue tema de conmoción en Chile y probablemente se supo en sus respectivos países, enfrentamos un desafío tremendo por un delito muy violento que se sufrió en Chile, un secuestro que terminó en un homicidio de un ciudadano venezolano que estaba en Chile y que estaba en condición de refugiado. Esa persona fue asesinada y posteriormente los criminales huyeron. El rastreo indica que se devolvieron a Venezuela”, señaló.
“Si no colaboramos con Venezuela en encontrarlos y detenerlos, los ciudadanos chilenos y también los venezolanos que viven en Chile no confiarán más en nuestras instituciones, sentirán desconfianza de nuestras democracias, no creerán en nuestros gobiernos y pensarán que se tienen que proteger solos. Por eso es tan importante nuestra colaboración. De ella dependemos para tener éxito y en nuestra descoordinación confían los delincuentes y se valen de ella para eludir la acción de la justicia”, añadió.
También afirmó que “es evidente e innegable que los flujos migratorios han sido aprovechados por el crimen organizado para movilizarse, para penetrar otros territorios, para traficar drogas y armas, y para hacer trata de personas”.
“Ese abuso de la migración solo puede ser combatido si trabajamos en conjunto, si cuidamos nuestras fronteras con reglas compartidas y especialmente reglas colaborativas, preocupándonos no solo por quienes entran, y por qué entra, a nuestro país, sino también por quienes salen, y qué sale por nuestras fronteras. Porque la circulación sin control del crimen organizado es un problema de todos, y nos termina, a fin de cuentas, perjudicando a todos. Y especialmente, termina perjudicando a los migrantes”, agregó.
Además, aseguró que la “diligencia para colaborar en estas materias no solo es importante para la seguridad, sino también para ahuyentar los riesgos de xenofobia y discriminación que florecen cuando las personas comienzan a confundir y a mezclar inmigrantes con delincuentes”.
“No podemos permitir que eso suceda. Y para ello, tenemos que combatir los discursos de odio y ser al mismo tiempo efectivos contra los grupos criminales para que nuestros ciudadanos se sientan protegidos y confíen en las capacidades del Estado de imponer la ley”, concluyó.
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