
La iniciativa busca ordenar el calendario laboral y turístico, considerando que el país se ubica en el grupo con mayor número de feriados dentro de la OCDE.
La propuesta de reemplazar algunos feriados por más días de vacaciones ha generado un intenso debate en el Congreso, donde parlamentarios de distintos sectores han fijado posturas. La discusión se reactivó tras un estudio de la Universidad Diego Portales que cuantificó el impacto económico de los días festivos en Chile. Según el análisis, el país es uno de los que tiene más feriados a nivel mundial, lo que genera una pérdida anual de $1.490 millones de dólares, equivalentes a un 0,44% del PIB. Ante este escenario, la idea de eliminar algunos feriados y sumarlos al período de vacaciones surge como una alternativa para reducir el impacto económico sin disminuir el descanso de los trabajadores.
Tanto en la oposición como en el oficialismo, la propuesta ha encontrado posturas encontradas. El diputado Víctor Pino (Demócratas) expresó sus dudas sobre el respaldo ciudadano a la medida, ya que los feriados cumplen un rol social de desconexión familiar. Sin embargo, su par Frank Sauerbaum (RN) se mostró a favor de un "reordenamiento", proponiendo aumentar las vacaciones en cuatro días a cambio de disminuir igual número de feriados, con el objetivo de mejorar la productividad. Por otro lado, el diputado Henry Leal (UDI) fue más tajante, considerando los feriados ya existentes como un "derecho adquirido" de los trabajadores, aunque se mostró abierto a la idea de reorganizar los días festivos para que caigan en un "día viernes o un lunes".
En el oficialismo, la iniciativa es vista con más recelo. El diputado Héctor Ulloa (PPD) calificó la medida como un "retroceso en derechos adquiridos", argumentando que el foco debe estar en aumentar las vacaciones sin ser regresivos con los derechos laborales. En la misma línea, el diputado Andrés Giordano (FA) criticó la propuesta, señalando que "no se trata de elegir entre productividad o bienestar" y que el país debe priorizar el cuidado de las personas y su salud mental por sobre las ganancias de las empresas. A pesar de que el debate sigue abierto, por ahora no existe un consenso que permita avanzar en la eliminación de feriados para sumarlos a las vacaciones. La discusión, según los parlamentarios, continuará.
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