
La magistrada explicó que el error se debió a una equivocación de tipeo en el nombre del imputado, lo que la llevó a emitir un segundo oficio para dejar sin efecto la orden original de prisión preventiva.
En medio de las críticas por su rol en la liberación de Osmar Ferrer, imputado por el homicidio de José Reyes Ossa —conocido como el “Rey de Meiggs”—, la jueza Irene Rodríguez volvió a defender su actuación y aseguró que no hubo dolo ni intención de favorecer al acusado.
La magistrada explicó que el error se debió a una equivocación de tipeo en el nombre del imputado, lo que la llevó a emitir un segundo oficio para dejar sin efecto la orden original de prisión preventiva, y luego un tercer documento corrigiendo el error e indicando nuevamente la medida cautelar más gravosa. “Ya estaba firmado, no se pudo revertir para hacer una cosa sin tener que dejar sin efecto, porque el sistema son hitos que se pasan”, señaló a Mucho Gusto de Mega.
Rodríguez recalcó que el sistema judicial “no permite hacer enmendaduras”, y que por esa razón fue necesario generar nuevos documentos para corregir lo que calificó como un “asunto que en general pasa”. Aseguró también que no se percató del error inicial al momento de firmar la primera resolución.
Desde su domicilio, la jueza además respondió a las acusaciones de haberse quedado dormida durante la audiencia de formalización. “Qué poco aporte eso, están disconformes con lo que yo hice en la audiencia. Que yo hice algo irracional, tonto. ¿Por qué inventan cosas tan nimias? (...) Si yo me hubiera quedado dormida, no hubiera resuelto lo que resolví, con el ímpetu que lo hice”, afirmó.
La excarcelación de Ferrer, presunto sicario de 18 años, ha generado amplia polémica y presión sobre el Poder Judicial, en particular por tratarse de un caso con alto impacto público vinculado al crimen organizado.
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