La seguridad, el combate a la delincuencia y el respeto por la Constitución estuvieron al centro de su discurso en el Salón de Honor del ex Congreso Nacional.
José Antonio Kast fue proclamado como candidato a la presidencia por el Partido Republicano.
En el Salón de Honor del ex Congreso Nacional, dio a conocer los ejes de lo que será su campaña electoral y las bases de un futuro gobierno, de vencer en noviembre.
La seguridad, el combate a la delincuencia y el respeto por la Constitución estuvieron al centro de su discurso.
Desde ya adelantó que presentará un plan “para recuperar la seguridad en todo nuestro territorio y en todas las dimensiones posibles, para que Chile vuelva a ser el país más seguro de Latinoamérica”.
En esa línea, señaló que "hoy más que nunca, Chile necesita un cambio radical. Necesitamos aplicar ahora una verdadera política de shock que corte de raíz los males que nos aquejan y que nos permita proyectarnos un futuro alentador".
En materia económica, Kast dijo que seguirá la política de recortes impulsada por el presidente Javier Milei en Argentina, anticipando que serán “igual de drásticos con el gasto político” y que priorizarán “el equilibrio de las cuentas públicas con una reducción agresiva de la burocracia”.
“Las últimas administraciones, incluidas aquellas con inclinaciones supuestamente responsables, no tuvieron la valentía de hacer las transformaciones profundas y necesarias para incrementar la competitividad, modernizar el Estado y mejorar la productividad”, mencionó.
Y peor aún, según él, “aceptaron, de manera cómplice, que malas reformas fruto de malos acuerdos, fueran destruyendo nuestras instituciones y socavando las bases sólidas que permitían el progreso de Chile y sus familias”.
Asimismo, dijo que acabará con “la cultura woke, el identitarismo divisorio, el lucro disfrazado de ambientalismo, los derechos humanos que sirven como pretexto a la impunidad, al abuso y a la irresponsabilidad, y todo lo que imponga división”.
Según Kast, Chile vive "el resultado de décadas de postergaciones, de falta de coraje para hacer lo necesario en el momento preciso y de promesas incumplidas que provocan un profundo malestar ciudadano, agudizando el deterioro del país".
"Vivimos una crisis institucional, económica y social que nos tiene al borde del abismo. Nuestra gente sufre la inseguridad en los barrios, calles y plazas; el crimen organizado y la inmigración ilegal avanzan sin control; la asfixia económica golpea a las pymes y a las personas, la burocracia frena el emprendimiento y la inversión; y el Estado sigue creciendo y acumulando deudas, por gastar más allá de sus posibilidades para entregar un servicio caro y de mala calidad, o simplemente no entregarlo", afirmó en su discurso.
Asimismo precisó que "esto no es retórica, es la realidad que viven millones de compatriotas a quienes se les ha prometido una y otra vez 'soluciones', pero que siguen viendo cómo el orden se debilita, la libertad se erosiona y las oportunidades de progresar se esfuman".
“Los cambios radicales, una política de shock, exigen sacrificios. Pero será un sacrificio que rendirá frutos a corto y mediano plazo, y estoy seguro de que devolverá la esperanza a cada familia que hoy se siente traicionada por la política y por los políticos”, sostuvo.
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