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Informe de Política Monetaria: a pesar de escenario mundial, economía chilena crecería 2,0-2,75% en 2025

Informe de Política Monetaria: a pesar de escenario mundial, economía chilena crecería 2,0-2,75% en 2025

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En el plano interno, al igual que en otras economías emergentes, los impactos del conflicto comercial en la actividad no han sido significativos hasta el momento.

Informe de Política Monetaria: a pesar de escenario mundial, economía chilena crecería 2,0-2,75% en 2025
Miércoles 18 de junio de 2025 09:33
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El Banco Central entregó la mañana de este miércoles el Informe de Política Monetaria (IPoM) correspondiente a junio de 2025, en el que hace advierte el negativo escenario internacional de la economía, aunque hace una proyección al alza de la economía nacional para este año de 2,0-2,75% (1,75-2,75% en marzo), gracias al mejor desempeño de inicios de año.

Según el IPoM, el aumento generalizado de aranceles anunciado por el gobierno de Estados Unidos a inicios de abril ha tenido repercusiones relevantes en el escenario externo. Como se destacó en el Informe de Estabilidad Financiera del primer semestre, ello ha implicado un alza considerable de la incertidumbre económica mundial, en un contexto donde, además, persisten otros factores de riesgo geopolítico y se mantiene el elevado endeudamiento fiscal de algunos países.

El escalamiento del conflicto bélico en Medio Oriente añade mayor incertidumbre a este panorama. Este es un evento que comenzó a observarse con más fuerza posterior al cierre estadístico de este Informe —11 de junio—, por lo que sus efectos no están considerados en el escenario central de proyecciones.

En cuanto al impacto de las tensiones comerciales, se estima que su efecto en la actividad mundial será negativo. No obstante, el cambiante desarrollo del proceso —incluidos anuncios, represalias de otros países y postergaciones— ha dificultado la evaluación de sus repercusiones de corto, mediano y largo plazo.

La reacción de los mercados financieros globales no ha sido la habitual frente a eventos de alta incertidumbre, observándose un aumento del riesgo de los activos estadounidenses. Es posible que ello refleje las mayores preocupaciones por su situación fiscal e institucional, lo que ha mermado el atractivo de todo tipo de activos financieros de esa economía.

A su vez, existe consenso en que Estados Unidos recibirá los principales efectos de los ajustes arancelarios tanto en actividad como en inflación. En este escenario, de acuerdo con la información conocida hasta el cierre estadístico, la Reserva Federal adoptó una posición de mayor cautela respecto de la tasa de fondos federales.

El mayor riesgo relativo de los activos estadounidenses llevó a una evolución de las condiciones financieras en el mundo emergente —incluido Chile— más benigna de lo que se esperaría ante un shock de esta magnitud. Así, los diferenciales de tasas de interés de largo plazo respecto de Estados Unidos han bajado en diversas economías, las monedas se han fortalecido frente al dólar y las bolsas han subido.

PANORAMA INTERNO

En el plano interno, al igual que en otras economías emergentes, los impactos del conflicto comercial en la actividad no han sido significativos hasta el momento. Información de alta frecuencia no exhibe cambios sustantivos en las tendencias previas del comercio exterior chileno, manteniéndose el dinamismo de las exportaciones e importaciones de bienes. Además, los índices de confianza no dan cuenta de que la situación externa los esté permeando.

El panorama inflacionario ha evolucionado acorde con lo previsto, con una trayectoria de la inflación subyacente (sin volátiles) menor que la anticipada. En mayo, la variación anual del IPC total y subyacente alcanzó a 4,4 y 3,6%, respectivamente (4,7 y 3,9% en febrero). El menor incremento del componente subyacente respondió, particularmente, a los precios de algunos alimentos y servicios.

Los riesgos al alza para la inflación, que se habían levantado en la primera parte del año, se han moderado. Por un lado, las expectativas de inflación a dos años plazo se han ido realineando con la meta de 3%. Por otro lado, no se observa que los shocks de costos de trimestres previos estén provocando efectos de segunda vuelta superiores a lo previsto.

En el primer trimestre, la actividad local tuvo un dinamismo mayor que lo esperado, nuevamente relacionado con el desempeño de los sectores exportadores. En ese período, el PIB no minero creció 1,2% trimestral en su serie desestacionalizada (0,7% en el trimestre anterior). Resaltó el aporte de la producción frutícola, industrial y pesquera, a lo que se sumó un mejor resultado de varios rubros de servicios y del comercio, apoyado por la mayor llegada de turistas extranjeros. Los últimos Imacec mostraron cierta reversión de factores de oferta, mientras que los sectores de servicios siguieron dinámicos.

La demanda interna ha continuado aumentando según lo proyectado. El consumo privado volvió a expandirse en el primer trimestre, particularmente el de bienes. Esto se da en un contexto de evolución mixta de los principales fundamentos del gasto. Por una parte, los niveles de endeudamiento y carga financiera continúan reduciéndose, mientras los salarios siguen exhibiendo tasas de expansión elevadas, asociadas a cambios legislativos recientes.

El Informe de Percepciones de Negocios (IPN) y la Encuesta de Expectativas y Determinantes de Precios (EDEP) sugieren algún grado de preocupación en las empresas por la trayectoria futura de las remuneraciones. Por otra parte, el alza de los costos laborales ocurre a la par de una lenta creación de empleos y un incremento de la tasa de desocupación.

BAJA INVERSIÓN

La formación bruta de capital fijo (FBCF) mostró un bajo desempeño en el primer trimestre, manteniéndose diferencias importantes entre sectores. Esta tuvo una variación trimestral nula a inicios de 2025, tanto en su componente de maquinaria y equipos como en el de construcción y obras. Sectorialmente, el dinamismo de la inversión minera sigue contrastando con la debilidad de otros rubros.

No obstante, indicadores adelantados apuntan a un mayor impulso de la inversión hacia delante. Datos de alta frecuencia sugieren que la FBCF ha tenido un comportamiento más favorable en lo reciente, destacando el desempeño de las importaciones de bienes de capital. El último catastro de grandes proyectos de la Corporación de Bienes de Capital (CBC) aumentó de forma significativa el monto de las inversiones presupuestadas para este y los próximos años, en particular en minería y energía, con iniciativas adicionales en proceso de tramitación.

PROYECCIONES

El escenario central de proyecciones es similar a lo previsto en los últimos seis meses. Comparado con los Informes de diciembre y marzo pasados, destaca un dinamismo algo mayor de la actividad en el corto plazo, y en la inflación una moderación de los riesgos al alza y un plazo de convergencia a la meta similar.

No obstante, en el ámbito externo, los riesgos han aumentado significativamente. El alza de aranceles anunciado por Estados Unidos es un evento inédito y de una magnitud considerable. Hasta ahora, la reacción de los mercados financieros ha sido benigna y no se observan efectos reales importantes. Sin embargo, no pueden descartarse escenarios donde la situación externa empeore y los impactos negativos en la economía global superen las proyecciones. Se suma el eventual impacto de las tensiones bélicas en Medio Oriente, no incluidas en estas proyecciones.

En el escenario central, las perspectivas para el panorama internacional contienen pocos ajustes. Respecto de marzo, el crecimiento de los socios comerciales se reduce en una décima en promedio para el período 2025-2027 (2,6%), revisión que es mayor para Estados Unidos. Esta corrección acotada responde a dos factores principales. Por un lado, una parte significativa de los efectos del conflicto comercial ya había sido recogida en marzo, cuando se realizó un recorte sustantivo del crecimiento proyectado para Estados Unidos. Por otro lado, la respuesta de los mercados ha mitigado el impacto del canal financiero

Respecto de los precios de las materias primas, la proyección para el precio del cobre no se modifica —US$4,3 promedio entre 2025 y 2027—, mientras que la del precio del petróleo es algo menor (gráfico 12). Esto último, como se destacó, no considera los desarrollos posteriores al cierre estadístico.

El escenario central supone que el impacto de las tensiones comerciales en la economía chilena será acotado. A la fecha, se sabe que una fracción de los envíos nacionales a Estados Unidos están afectos a un arancel de 10%. El intercambio comercial con el resto del mundo no se ha resentido y una eventual reorientación de las exportaciones a otros destinos hace prever alcances menores en la actividad.

Asimismo, la evolución más positiva de variables financieras como las tasas de interés o la bolsa y el escaso deterioro de las expectativas de los agentes locales anticiparían efectos acotados en la inversión. De todos modos, de producirse un mayor escalamiento del conflicto en Medio Oriente, podría darse un incremento de la incertidumbre global que afecte la economía mundial y local.

En cuanto a la inflación, los desvíos de comercio reducirían los precios de algunos de los productos que importa Chile. Esto se concentraría principalmente en bienes durables, con un impacto negativo en la variación anual del IPC que se supone del orden de 0,3 puntos porcentuales acumulado durante el horizonte de proyección.

CRECIMIENTO AL ALZA

Con ello, la mayor parte de los ajustes de las proyecciones de este IPoM se origina en factores internos. El rango de crecimiento del PIB para 2025 se revisa a 2,0-2,75% (1,75-2,75% en marzo), gracias al mejor desempeño de inicios de año.

Esto deja un mayor punto de partida para la actividad —y una brecha del producto menos negativa en el corto plazo—, que se espera vaya convergiendo a un ritmo de expansión coherente con su tendencia a medida que los elementos transitorios que contribuyeron al mayor crecimiento de comienzos de 2025 se disipen.

Para 2026 y 2027, los rangos de crecimiento del PIB se mantienen en 1,5-2,5%. Ello considera los efectos del deterioro del escenario externo y los impactos de perspectivas más positivas para la inversión.

El mayor dinamismo que se anticipa para la inversión estará centrado principalmente en grandes proyectos mineros y energéticos, cuyos montos presupuestados se revisan con especial énfasis a partir de la segunda parte de 2025. De esta forma, se mantiene la estimación de crecimiento de la FBCF en 3,7% para 2025, la que para 2026 y 2027 sube hasta 3,6 y 3,3%, respectivamente (2,2 y 2,9% en marzo).

El consumo privado continuará expandiéndose en torno a 2% durante el horizonte de proyección. El dinamismo de los ingresos laborales reales y la caída de la carga financiera de los hogares, entre otros elementos, darán soporte a esta parte del gasto.

Para 2025, el escenario central incorpora el crecimiento del gasto fiscal contemplado en el último Informe de Finanzas Públicas (IFP). De ahí en adelante, considera los gastos comprometidos que se indican en ese reporte.

Respecto de lo estimado en marzo, la trayectoria de inflación no varía mayormente a lo largo del horizonte de proyección. Se prevé que esta llegará a 3% anual en la primera mitad de 2026. En ello se conjugan varios elementos.

Por un lado, una demanda interna algo más dinámica, que se suma a niveles del tipo de cambio real algo más depreciados durante el horizonte de proyección. Por otro, están la menor inflación resultante de los desvíos de comercio y las menores perspectivas para los precios de los combustibles. En este escenario, la inflación subyacente se ubicará en torno a 3% durante la última parte de 2025.

POLITICA MONETARIA

Durante los últimos meses, la inflación ha evolucionado en línea con lo proyectado y se han moderado los riesgos al alza que se habían levantado en la primera parte del año. La actividad ha sido mayor que lo proyectado. Sin embargo, los eventos recientes en Medio Oriente introducen una nueva fuente de incertidumbre, cuyos desarrollos podrían llevar a escenarios más complejos.

De concretarse el escenario central de este IPoM, en los próximos trimestres la TPM irá aproximándose a su rango de valores neutrales. El Consejo evaluará los próximos movimientos de la TPM teniendo presente la evolución del escenario macroeconómico y sus implicancias para la convergencia inflacionaria. Además, reafirma su compromiso de conducir la política monetaria con flexibilidad, de manera que la inflación proyectada se ubique en 3% en el horizonte de dos años.

Respecto de los escenarios de sensibilidad del corredor de la TPM, el borde superior representa una situación en que la demanda interna se fortalece más que lo previsto. Esto puede provenir de un contexto en que las confianzas de empresas y hogares mejoren, ya sea por una disminución de las tensiones globales, por mayores perspectivas de crecimiento local o por una inversión cuyos efectos en el mercado laboral y los ingresos superen lo anticipado.

El borde inferior corresponde a un escenario en que el panorama externo se deteriora, afectando negativamente la economía mundial y local. Esto podría ocurrir si se recrudecen las tensiones comerciales y/o la incertidumbre global alcanza niveles más elevados. Ello podría llevar a los mercados financieros a retomar un comportamiento similar al de episodios pasados de aversión al riesgo, incluyendo una depreciación del peso. Además de las repercusiones financieras y la caída de la demanda global, se sumarían los impactos de un mayor pesimismo de los agentes, con efectos a la baja en la demanda interna.

Los desarrollos del ámbito internacional también definen otros escenarios de sensibilidad al interior del corredor de la TPM. El shock de oferta asociado a la imposición arancelaria y los impactos de los desvíos de comercio en la economía local podrían ser distintos a los del escenario central, en particular la reacción de los precios de los productos importados por Chile.

Como se mencionó, en el contexto actual los riesgos en torno al escenario global son elevados, con desvíos que podrían ser significativos. La complejidad del panorama geopolítico externo —mezcla de conflictos políticos, económicos y bélicos— no permite descartar episodios más disruptivos. De hecho, lo ocurrido en Medio Oriente al cierre de este IPoM es una muestra de la relevancia de factores que en el pasado se consideraban menos probables.

Por el momento, se desconoce su alcance, desarrollo y eventuales impactos sobre la economía mundial y local, por lo que es un factor a monitorear. La economía chilena no es inmune al acontecer internacional. Sin embargo, dispone de las capacidades para mitigar los impactos de nuevos shocks, entre ellas una política monetaria que cuenta margen de acción si fuera necesario realizar ajustes más sustantivos para el logro de la convergencia inflacionaria.

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