Casi la mitad del gasto está dedicada a las prestaciones médicas y odontológicas, seguidas de cerca por la compra de medicamentos, que concentra casi un tercio del presupuesto mensual.
Un estudio realizado por el Ministerio de Salud evidencia que el gasto de bolsillo destinado a cubrir las necesidades asociadas a prestaciones de salud, exámenes y fármacos aumentó durante los últimos años, pasando de ser cerca de $84 mil al mes por hogar en 2017, a superar los $115 mil en 2022.
Según el análisis del Departamento de Economía de la Salud de la cartera, citado por El Mercurio, el rápido crecimiento "alerta sobre potenciales efectos en acceso a prestaciones, cobertura financiera y situaciones catastróficas que podrían empobrecer a los hogares".
“Hay a lo menos dos componentes que permiten este incremento del gasto de bolsillo. Uno tiene que ver con el costo de los medicamentos, porque está demostrado que la compra de fármacos, incluso en las familias más vulnerables, significa una parte importante de este gasto”, dijo Emilio Santelices, exministro de Salud.
El segundo factor, según el médico, radica en que “las coberturas de aseguramiento en relación al gasto promedio hospitalario también han ido disminuyendo y, por lo tanto, eso también incide directamente en el gasto de bolsillo”.
La cifra del gasto por hogar esconde una fuerte brecha cuando se analiza según el tipo de aseguramiento de las personas, ya que mientras en los afiliados a Fonasa el gasto promedio mensual por grupo familiar es de alrededor de $8 mil, en el caso de los beneficiarios de isapres, ese monto sube a más de $213 mil mensualmente por hogar, es decir, 2,5 veces más.
Lidia Amarales, exsubsecretaria de Salud (2006-2008) y actual subdirectora académica del Centro de Asistencia Docente e Investigación de la U. de Magallanes, observa que en los afiliados al seguro público se trata de “un gasto de bolsillo que tiene que ver sobre todo con el gasto de copago en la modalidad de libre elección (MLE), es decir, cuando se atienden en la red privada”.
“Pero son prestaciones que tienen cobertura en el sistema público, sobre todo desde septiembre de 2022, que existe el Copago Cero”, agregó.
Pese a que las atenciones en la red pública sean completamente gratuitas, Santelices advierte que “la gente utiliza la MLE porque quiere saltarse las listas de espera y la cobertura hospitalaria que ofrece Fonasa en la MLE no es superior al 10%, entonces, un porcentaje bajo de la población concentra la mayor parte del gasto, porque son cuentas que no son inferiores a un par de millones de pesos”.
El estudio también muestra que el mayor componente del gasto corresponde a las prestaciones médicas y odontológicas, con un rango de entre 43% y 55% del total anual; seguidas por el gasto en medicamentos del retail con un rango de entre 20% a 29%; los copagos de isapres (15% a 19%) y Fonasa (7% a 11%), explicado por la modalidad de libre elección.
Según el exsubsecretario de Salud Pública (2014-2018) Jaime Burrows, en el caso del gasto en consultas “es difícil contenerlo, porque trata de ser un desincentivo al uso excesivo de la red. Debiéramos tratar de avanzar en la cobertura de medicamentos. Eso traería una reducción importante del gasto de bolsillo, porque eso significa una buena parte del total”.
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