
Tras pasar de $350 mil a $539 mil señaló que se trata de "la mayor alza de las últimas décadas”, lo que posiciona a Chile con “el salario mínimo más alto de Sudamérica".
En su cuarta y última Cuenta Pública, el Presidente Gabriel Boric dedicó parte central de su discurso a los avances en materia laboral, con especial énfasis en la universalidad de las políticas públicas y la necesidad de reducir las desigualdades estructurales.
A su juicio, “aunque se presenten como radicales, la política identitaria, cuando es aislada, suele terminar en una política de defensa de grupos de interés que no cambia la estructura de las desigualdades en una sociedad”.
Desde esa convicción, el Mandatario destacó una serie de medidas de carácter universal impulsadas por su administración: "Impulsamos el copago cero, las 40 horas, la incorporación de un seguro social en las pensiones, el royalty de la gran minería o la modernización y ampliación del transporte público, el sistema nacional de cuidado por aumento del sueldo mínimo”.
Uno de los hitos que más subrayó fue el aumento del salario mínimo desde $350 mil a $539 mil mensuales, “la mayor alza de las últimas décadas”, lo que —según dijo— posiciona a Chile con “el salario mínimo más alto de Sudamérica”. Además, resaltó que esto se ha logrado mientras “la informalidad laboral ha bajado a tasas históricas”.
Boric sostuvo que la prioridad de su Gobierno fue evitar que el ajuste fiscal de 2022 —realizado tras una economía sobrecalentada por la pandemia— recayera sobre las familias. “Mi primera definición en el gobierno fue que este necesario ajuste no lo iban a pagar los trabajadores ni los bolsillos de las familias. Y cumplimos”.
El Presidente también destacó la creación de cerca de 600 mil nuevos empleos, de los cuales más del 90% son formales, así como la recuperación de la participación laboral femenina a niveles prepandemia. Sin embargo, advirtió que “el número de desempleados en Chile sigue siendo alto”, y anunció un proyecto de ley para unificar y optimizar los subsidios al empleo, con foco en mujeres y jóvenes.
Entre los avances más simbólicos mencionó la reducción de la jornada laboral a 40 horas, una medida que en su momento fue duramente cuestionada. “Muchos afirmaron que era una fantasía… y sin embargo insistimos, aunamos voluntades, buscamos acuerdos”, señaló, ejemplificando con casos de empresas que ya se han sumado al cambio.
Además, valoró la ley de conciliación de vida laboral y familiar, que permite el teletrabajo para quienes cuidan hijos menores de 14 años o familiares con discapacidad. “Es ser dueños de nuestro propio tiempo”, comentó.
El bloque sobre materia laboral concluyó con un llamado urgente a aprobar el proyecto Sala Cuna para Chile, como herramienta clave para reducir las barreras de ingreso de las mujeres al mundo del trabajo. “En Chile hay más de un millón de mujeres que queriendo no pueden trabajar remuneradamente porque tienen que cuidar a sus familias, lo que también es trabajo”, sostuvo.
De aprobarse esta iniciativa, se permitirá cumplir con la obligación de sala cuna a través de establecimientos públicos, lo que ampliaría la cobertura y crearía nuevos jardines. “Esta fue una de las políticas públicas notables”, concluyó.
PURANOTICIA