El extitular de la cartera de Salud aseguró que "ha habido una definición ideológica de los gobiernos más bien de izquierda, de no recurrir al mecanismo de concesiones hospitalarias, lo que ha paralizado la renovación y construcción de hospitales“.
El exministro de Salud del segundo gobierno de Sebastián Piñera, Jaime Mañalich, abordó la crisis hospitalaria y lo que en su opinión debiera implementarse para hacer frente a las largas listas de espera y a la falta de presupuesto para la gestión del sistema público de salud.
“En mi opinión se ha agravado la crisis hospitalaria ya que de lo que se trata es ver si la salud de las personas, gracias a una infraestructura, construcción, gestión hospitalaria, está mejorando o no”, dijo en radio Pauta.
“Y todos los indicadores más bien apuntan a que no es así, a que si miráramos como un paciente en Chile, su estado de salud está empeorando y eso es una muy mala noticia para todos porque produce mucho sufrimiento y muertes que podrían haber sido evitadas”, agregó.
Agregó que “hay que recordar que el hospital como punto de solución de los problemas de salud es la punta del iceberg. La mayor parte de los problemas de salud de las personas se deberían resolver fuera del ámbito hospitalario, en la atención primaria de salud, en la consulta a un doctor”.
Al respecto señaló que “distintos gobiernos han ido incrementando la inversión en salud, y ha pedido como contraparte, un aumento de la eficiencia en el manejo de esos recursos. Eso, desgraciadamente, no ha ocurrido“.
Sobre los problemas de infraestructura hospitalaria afirmó que “aquí hay temas estructurales muy severos. La infraestructura hospitalaria en Chile está completamente obsoleta, y ha habido una definición ideológica de los gobiernos más bien de izquierda, de no recurrir al mecanismo de concesiones hospitalarias, lo que ha paralizado la renovación y construcción de hospitales“.
Y por eso afirma que “hay una negación ideológica a recurrir a empresas privadas para que construyan u operen la infraestructura del hospital”.
“¿Dónde están los problemas? En el Santiago Metropolitano Norte, donde evidentemente falta un tremendo hospital y pasan los años y no se construye. El Sótero del Río, que atiende un millón y medio de personas del área suroriente de Santiago, está ahí en el esqueleto, levantándose, cuando debería haber estado terminado hace seis años”, comentó.
Además, hizo una analogía con las palabras del entonces ministro de Justicia, Luis Cordero: “Resulta curioso que Cordero haya señalado con tanta claridad que no hay ninguna posibilidad de tener más penales en Chile (…) a menos que se construyan por concesiones de cárceles, sin embargo en salud hay una negación sistemática a mejorar la infraestructura“, comentó.
“Quiero recordar que cuando asumió el segundo gobierno de la expresidenta Bachelet, el Hospital Sótero del Río estaba adjudicado en trámite en Contraloría para su entrega final. Y sin embargo, la ministra de Salud de la época lo retiró sin argumentos técnicos de base, y tenemos al Sótero del Río, 10 años después, sin construirse”, enfatizó.
También abordó otros problemas que están presentes en la salud pública y que tienen relación directa con la atención oportuna a los pacientes.
“La Comisión Nacional de Productividad ha señalado hace mucho tiempo, en informes repetidos, que la productividad del sector de salud público sigue cayendo sistemáticamente. O sea, más recursos y menos producción”, dijo el exministro de Salud.
“Si solo se redujera en un 10% el gasto en licencias médicas, ese dinero estaría disponible para usar en necesidades de salud. Estamos hablando de 100 mil millones de pesos que se destinan a licencias médicas y que ayudarían a resolver si se usaran bien. Sin embargo, nadie le pone el cascabel a un gato”, indicó.
Mañalich ejemplificó con cifras comparadas, la baja productividad del sistema.
“La Comisión Nacional de Productividad señala que por cada pabellón quirúrgico en Chile se producen un poco más de tres cirugías diarias. En el mismo horario, para el mismo tipo de cirugía en el Reino Unido se producen más de cinco. ¿Qué es lo que ocurre? El problema está en las sociedades médicas”, sostuvo.
Asimismo, explicó que “los médicos en el sector público se estructuran en sociedades de profesionales que derivan los pacientes para ser atendidos durante el horario en que trabajan las sociedades médicas a una mucha mejor remuneración y estos pacientes dejan de operarse en el horario contratado”.
Por lo tanto, instaló la necesidad de debatir, “como se ha hecho varias veces en la historia de la salud pública”, si el sueldo de los profesionales de la salud que trabajan en el sector público es suficiente o hay que aumentarlo, para que los “incentivos estén alineados“.
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