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Ex presidenta de la UDI, Van Rysselberghe: “El país está infinitamente peor que antes del estallido"

Ex presidenta de la UDI, Van Rysselberghe: “El país está infinitamente peor que antes del estallido"

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Jacqueline van Rysselberghe también recalcó que el estallido social del 2019 “Hizo un daño socioeconómico muy grande, a muchas pymes, no solo en Santiago sino que también en regiones''.

Ex presidenta de la UDI, Van Rysselberghe: “El país está infinitamente peor que antes del estallido"
Viernes 18 de octubre de 2024 10:35
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A cinco años del estallido social, la ex presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe cree que la situación política y social del país es peor que antes del inicio de las protestas y que las demandas que las motivaron no han sido resueltas.

“Creo que el país está infinitamente peor que antes del estallido”, afirma Van Rysselberghe en la docuserie “El mes más tenso: regreso a un país estallado”, según recoge La Tercera.

“Hay ciudades, como Concepción, que todavía no recuperan el centro histórico de los daños patrimoniales que hubo, todavía quedan cicatrices de la destrucción que hubo en ese tiempo, restos de incendios, esculturas destruidas y negocios cerrados”, agrega la timonel de la UDI al momento del estallido.

“Hizo un daño socioeconómico muy grande, a muchas pymes, no solo en Santiago sino que también en regiones. En segundo lugar, yo no he visto estudios, pero estoy segura que cuando uno valida la violencia como elemento político no la valida solo en la política. Estoy segura que los niveles de violencia en la sociedad tienen que haber aumentado”, afirma Van Rysselberghe.

Quedan todavía “huellas importantes”, sostiene, junto con considerar paradójico que después de trabajar por una nueva Constitución, “el Partido Comunista y la izquierda más dura” terminen validando la Carta Magna de 1980, “la Constitución de Pinochet, como ellos decían. Y por lo tanto, si el Partido Comunista la defendió, bueno entonces no era tan mala, era defendible, porque si hubiese sido tan requete mala, cualquier cosa es mejor”, afirma.

Respecto a esto, relata en otro pasaje de la entrevista que “habíamos acordado en la casa de Piñera no una nueva Constitución sino que reformar la Constitución y fue (Gonzalo) Blumel (Ministro del Interior, entonces) quien, corriendo con colores propios, dijo: ‘hemos llegado al acuerdo de hacer una nueva Constitución’”.

“Me acuerdo que lo miré y dije ‘y dónde diablos acordamos eso, porque en la reunión en que yo estuve no fue así’, pero la verdad es que, claro, después de eso era difícil, porque ya no había mucho espacio más donde jugar”, dice.

La también exsenadora se refirió a la posible caída del entonces Presidente Sebastián Piñera.
“Yo creo que estuvo al borde de caer, para ser bien sincera. Es decir, cuando tu apoyo ciudadano ya baja del 10%, cuando tu voto más duro empieza decir: ‘por favor renuncia’, te vas quedando sin piso”, relata.

Destaca, asimismo, que “no es un golpe de Estado tradicional, pero finalmente obligan, a través de una situación social, a que un Presidente democráticamente electo tenga que dimitir de su cargo y yo creo que estuvimos a poco de eso”.

Recuerda también “que antes de ese acuerdo por una nueva Constitución, todo el mundo decía que iba a haber una fuga de capitales, que estábamos al borde de un colapso, no solo social, también económico. Entonces, a esas alturas no quedaba otra que buscar un acuerdo para poder avanzar en ese camino y tratar de dar un paréntesis a esta violencia que existía, para ver si se lograba recuperar la cordura como país”.

Cree también que el estallido social no tenía nada que ver la Constitución, pero “estábamos metidos en un callejón, porque al final los pensamientos generan realidades y se empezó a instalar que la solución al conflicto era una nueva Constitución, que todas las inequidades, que todas las injusticias, todas las desigualdades, que sin duda existen, se debía a que se necesitaba una nueva Constitución”.

“La gente, tanto de izquierda como de derecha, empezó a creer que era la solución, no solo de las demandas sociales sino al conflicto que estábamos viviendo. Y la verdad que cuando eso pasó, cuando se instaló como una verdad, que era la solución para parar la violencia, se empezó como a encasillar el camino”, dice en la entrevista.

Y luego agrega que “ya no nos quedaba muchas alternativas, y efectivamente o salían los militares a la calle o llegábamos a un acuerdo para poder ordenar a todas las fuerzas políticas. Ese fue yo creo que el gran valor del acuerdo que se gestó en noviembre. La política demostraba que a pesar de las diferencias, el diálogo es el que zanja las diferencias y no la violencia”.

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