"La temporada pasada, con 2.990 incendios, teníamos 7.830 hectáreas quemadas, hoy día con el 10% menos de incendios, tenemos 31.874 (hectáreas quemadas), lo que significa prácticamente cuatro veces más en superficie. Eso es particularmente grave”.
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Rodrigo Munita, director ejecutivo de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), informó que durante la presente temporada se han desarrollado menos incendios forestales que la anterior, pero se ha consumido cuatro veces más de superficie.
El director ejecutivo de Conaf declaró a radio Cooperativa que el cambio climático hace que la temporada de siniestros forestales se inicie antes.
“Si uno mira históricamente, duraban hasta abril y comienzos de mayo. Nosotros esta temporada comenzamos a tener incendios en agosto, que fue en Aysén, absolutamente excepcional, 1.400 hectáreas en esa fecha, y esperamos, si es que las condiciones permanecen, debiéramos estar terminando en julio, por lo tanto, prácticamente vamos a encontrar una temporada que da vuelta el año completo, por lo que es una cuestión a considerar muy relevante”, manifestó.
Señaló que “a la fecha, respecto a la temporada pasada, tuvimos 2.990 incendios, hoy día llevamos 2.700, aproximadamente un 9 por ciento menos en número de incendios”.
Pero explicó que “el problema no está ahí, sino en el impacto que está teniendo: la temporada pasada, con 2.990 incendios, teníamos 7.830 hectáreas quemadas, hoy día con el 10% menos de incendios, tenemos 31.874 (hectáreas quemadas), lo que significa prácticamente cuatro veces más en superficie. Eso es particularmente grave”.
Respecto a los últimos incendios ocurridos en Puerto Montt, Angol, O’Higgins y Ñuble, detalló que afectó a un total de 17.300 hectáreas. “Del total quemado a la fecha, representan un 55%, por lo tanto, también hubo un foco que ojalá no se repita (…) estamos atentos a los pronósticos dentro de los próximos tres días”, afirmó.
Munita aseveró que “no tenemos una cultura de prevención respecto a los incendios forestales, hoy día esperamos que el impacto de esto cause algún efecto y las personas generen una actitud más propensa y abierta a entender, no solamente su rol de prevenir, alertar y responsabilidad que puedan tener frente a un incendio, sino que también releven el impacto que tiene”.
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