
Desde 2017, los ciudadanos venezolanos encabezaban la entrega de visas para trabajar en el país.
Un cambio significativo se ha registrado en el perfil migratorio laboral de Chile. Desde 2017, los ciudadanos venezolanos encabezaban la entrega de visas para trabajar en el país. Sin embargo, durante el último año, los bolivianos tomaron la delantera, consolidándose como el principal grupo solicitante de este tipo de permisos.
Entre enero y marzo de 2025 se entregaron 39.114 visas laborales a ciudadanos bolivianos, lo que representa un aumento de 869% respecto al mismo período del año anterior. En contraste, los venezolanos recibieron 9.322 permisos, quedando en segundo lugar, de acuerdo con cifras del Servicio Nacional de Migraciones.
Al cierre del primer semestre, la tendencia se reafirmó: se otorgaron 70.191 visas a bolivianos, un alza de 533% en comparación con el mismo período de 2024. Los venezolanos recibieron 14.242 visas (una caída de 21,3%), seguidos por colombianos (6.932) y peruanos (5.544). En total, se concedieron 115.034 permisos laborales a extranjeros, lo que representa un incremento de 188% en doce meses.
En este sentido, el Servicio Nacional de Migraciones destaca dos fenómenos: el posicionamiento del colectivo boliviano como principal solicitante de visas laborales y el estancamiento en el crecimiento de solicitudes por parte de venezolanos, colombianos y haitianos.
Mientras en 2022 los bolivianos representaban apenas el 6,9% de las visas laborales otorgadas, a junio de 2025 alcanzan el 61%. En cambio, la participación de los venezolanos cayó del 51,7% al 12,4% en el mismo lapso.
El aumento de solicitudes bolivianas se vincula principalmente a la demanda de mano de obra temporal en el sector agrícola, que históricamente se canalizaba por vías informales. Hoy, ese flujo se ha regularizado gracias a medidas como la gratuidad de la visa y el acuerdo migratorio firmado en 2023 entre Chile y Bolivia, que exime del pago de US$90 por el permiso laboral.
“El fortalecimiento de los acuerdos con Bolivia ha permitido que la migración temporal se realice por vías regulares, con una respuesta oportuna del Servicio”, señaló Luis Eduardo Thayer, director del organismo.
También destacó la ausencia de incentivos para nuevos flujos migratorios, lo que ha evitado el denominado efecto llamada.
Rodrigo Sandoval, exdirector del Servicio, agregó que el fenómeno responde a una combinación de factores de atracción en Chile y de expulsión en Bolivia, como la alta inflación y el bajo crecimiento económico. “La mayoría del empleo en Bolivia es informal, por lo que las perspectivas laborales en Chile resultan más atractivas”, explicó.
La evolución de las cifras también se refleja en el empleo. Según Juan Bravo, director del OCEC-UDP, los bolivianos han ganado terreno en la participación laboral de extranjeros. Entre abril y junio de 2025, representaron el 10,1% del empleo migrante, frente al 8,2% del mismo período en 2024.
El directivo anticipa que esta comunidad pronto desplazará a la colombiana como la tercera más relevante en el mercado laboral chileno, detrás de venezolanos y peruanos. “La escasez de mano de obra local en el agro ha sido clave, y las medidas de facilitación migratoria han permitido formalizar el trabajo de temporeros bolivianos”, concluyó.
PURANOTICIA