Vehículos militares ucranianos están entrando en Kiev para defender la capital de la tropas rusas que se aproximan, según dijo el Ministerio de Interior de Ucrania.
Tropas militares rusas alcanzaron este viernes el norte de Kiev, la capital de Ucrania, en la segunda jornada de la operación militar a gran escala lanzada por Vladimir Putin en este país.
Así se están desarrollando los acontecimientos:
La atención se centra este viernes sobre la capital de Ucrania, Kiev, donde las tropas rusas alcanzaron el norte de la ciudad.
Militares ucranianos defienden la capital en varios puntos, con vehículos militares entrando a las calles. Además, 18.000 armas fueron entregadas por el ministerio de Interior ucraniano a ciudadanos voluntarios.
Periodistas en la ciudad y numerosos usuarios de redes sociales compartieron imágenes de explosiones y de grupos de personas refugiadas en instalaciones subterráneas por temor a posibles bombardeos.
El objetivo de Rusia sería, según el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, derrocar al gobierno del presidente Volodymyr Zelensky.
En este sentido, el mandatario ucraniano aseguró en un mensaje de video que sigue en la ciudad, desmintiendo rumores de que se había marchado.
"El enemigo me ha designado como objetivo número 1 y a mi familia como objetivo número 2", subrayó Zelensky.
"Rusia tendrá que hablar con nosotros más tarde o más temprano sobre cómo terminar las hostilidades y detener esta invasión", enfatizó.
"Cuanto antes empiece la conversación, menores serán las pérdidas para Rusia", advirtió Zelensky, que el jueves rompió relaciones diplomáticas con Moscú.
El presidente ucraniano se mostró descontento con la actitud de la comunidad internacional.
"Esta mañana defendemos a nuestro estado solos. Al igual que ayer, las potencias del mundo miran de lejos.
"¿Le convencieron a Rusia las sanciones de ayer? Oímos en nuestro cielo y vemos en nuestra tierra que esto no fue suficiente", afirmó desafiante.
El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, denunció que Rusia llevó a cabo "horribles ataques con misiles" sobre Kiev y los comparó con los ataques de la Alemania nazi contra Ucrania durante la Segunda Guerra Mundial.
De los sucesos del jueves, uno de los más destacados fue la caída de la central nuclear de Chernóbil, escenario de uno de los peores desastres nucleares de la historia, en manos del ejército ruso.
"Nuestros defensores están dando la vida para que no se repita la tragedia de 1986. (...) Esta es una declaración de guerra contra toda Europa", escribió Zelensky en Twitter.
"Después de una feroz batalla, perdimos el control del lugar… Es imposible decir que la planta nuclear siga siendo segura", afirmó poco después el asesor presidencial ucraniano Mykhaylo Podolyak.
La comunidad internacional, encabezada por Estados Unidos, anunció entre el jueves y el viernes nuevas sanciones sobre Moscú, que tienen como objetivo paralizar sus finanzas e interferir en su desarrollo tecnológico y energético.
La nueva ronda de sanciones económicas de EE.UU. incluyen el congelamiento de activos de bancos y capitales de inversores.
Reino Unido, por su parte, presentó "el mayor y más severo paquete de sanciones que Rusia haya visto jamás": congelará los activos de los principales bancos rusos y legislará para impedir a las empresas rusas acceder a financiamiento, además de que vetará a la aerolínea Aeroflot.
Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció en la madrugada del viernes una batería de "sanciones masivas" del bloque europeo que tocan varios sectores: finanzas, tecnología, aviación, energía y visas.
Putin comunicó sus intenciones de lanzar la operación militar contra Ucrania en un discurso televisado el jueves, al mismo tiempo que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas le imploraba que detuviese cualquier acción bélica.
Según aseguró, la decisión fue tomada después de recibir una petición de ayuda de los líderes de los territorios separatistas respaldados por Rusia formados en el este de Ucrania en 2014, aunque desde hace semanas la inteligencia occidental había alertado de una potencial invasión.
"Tomé la decisión de llevar a cabo una operación militar especial. Su objetivo será defender a las personas que durante ocho años sufren persecución y genocidio por parte del régimen de Kiev", señaló el presidente ruso en una afirmación que no está sustentada por ninguna evidencia.
"Para ello, apuntaremos a la desmilitarización y desnazificación de Ucrania [el presidente ucraniano es, de hecho, judío], así como a llevar ante los tribunales a quienes cometieron múltiples crímenes sangrientos contra civiles, incluidos ciudadanos de la Federación Rusa. Nuestros planes no incluyen la ocupación del territorio ucraniano".
Putin pidió a los soldados ucranianos que depongan las armas de inmediato.
"Todos los miembros del servicio del ejército ucraniano que sigan estas demandas podrán abandonar la zona de batalla", dijo.
También ofreció lo que parecía ser una advertencia a otros países, como Estados Unidos, que han apoyado a Ucrania.
"Cualquiera que intente interferir con nosotros, o más aún, crear amenazas para nuestro país y nuestro pueblo, debe saber que la respuesta de Rusia será inmediata y lo llevará a consecuencias como nunca antes ha experimentado en su historia. Estamos listos para cualquier giro de los acontecimientos".
La acción rusa suscitó un rápido rechazo de la comunidad internacional, que se prolongó a lo largo de las jornadas del jueves y viernes.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que Putin eligió llevar adelante "una guerra premeditada que traerá una pérdida catastrófica de vidas y sufrimiento humano".
"Solo Rusia es responsable de la muerte y destrucción que traerá este ataque, y Estados Unidos y sus aliados y socios responderán de manera unida y decisiva. El mundo hará que Rusia rinda cuentas", afirmó.
La OTAN también condenó la incursión militar.
El secretario general de la alianza, Jens Stoltenberg, mencionó el "ataque imprudente" de Rusia contra Ucrania y afirmó que "pone en riesgo innumerables vidas de civiles".
"Esta es una grave violación del derecho internacional y una grave amenaza para la seguridad euroatlántica", dijo.
El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, aseguró que está "horrorizado" por los "terribles eventos en Ucrania".
Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, acusó a Putin de ser el "responsable de traer de vuelta la guerra a Europa" y aseguró que las sanciones debilitarán "la base económica de Rusia y su capacidad de modernización".
El canciller alemán, Olaf Scholz, reafirmó su apoyo a sus aliados en Europa del Este y aseveró que el mandatario ruso pagará un "amargo precio" por su "grave error".
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, expresó la solidaridad de su país con Ucrania y solicitó una cumbre urgente de la OTAN, mientras el primer ministro italiano, Mario Draghi, calificó el ataque ruso como "injustificado e injustificable".
En Europa del Este, los temores se extendieron a tener que hacer frente a una ola de refugiados.
China, por su parte, evitó usar la palabra invasión. El alto diplomático Wang Yi dijo que Pekín entiende las preocupaciones de seguridad de Rusia.
Los países latinoamericanos han expresado, en general, su rechazo a los ataques rusos a Ucrania y solo tres respaldan a Putin: Venezuela, Cuba y Nicaragua.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no condenó directamente las acciones de Rusia y se limitó a respaldar la paz y el diálogo.
PURANOTICIA // BBC MUNDO