Areli Pablo Servando nació en el vecino estado de San Luis Potosí, pero se mudó a la ciudad fronteriza de Matamoros en donde estudió una carrera técnica en informática en 2004.
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En el caso del violento secuestro de cuatro estadounidenses en la ciudad mexicana de Matamoros, ocurrido el pasado 3 de marzo en esa ciudad fronteriza con EE.UU., también hubo una víctima mexicana: Areli Pablo Servando.
Las autoridades estatales se limitaron a mencionar que dicha mujer era una "connacional" de 33 años, la cual murió al quedar en medio del ataque.
"Una bala perdida le causó la pérdida de vida a casi una cuadra y media de distancia de donde se estaban dando los hechos", señaló el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, al anunciar que un gran operativo de fuerzas federales y estatales localizó a los estadounidenses.
El secuestro capturó la atención en ambos lados de la frontera, con intercambios de declaraciones de funcionarios de alto nivel de México y EE.UU. sobre la seguridad pública y el impacto de los carteles de la droga.
Pero no hubo más declaraciones sobre Areli Pablo.
Quienes la conocían en Matamoros, en cambio, expresaron palabras de admiración por quien era considerada una mujer trabajadora, buena amiga y muy comprometida con una iglesia pentecostal de esa ciudad.
Areli Pablo Servando nació en el vecino estado de San Luis Potosí, pero se mudó a la ciudad fronteriza de Matamoros en donde estudió una carrera técnica en informática en 2004.
Actualmente tenía un empleo en una tienda de fotocopiado ubicada sobre la misma avenida en la que ocurrió el ataque de hombres armados contra los estadounidenses.
Según las investigaciones, los estadounidenses fueron interceptados por un grupo de delincuentes que accionaron sus armas en el momento de realizar el rapto.
Pablo Servando había descendido de una unidad de transporte público y, al estar parada a unos 100 metros del lugar del incidente, fue impactada en la cabeza por "una bala perdida", según Villarreal.
La joven murió en el lugar.
El gobernador dijo en una rueda de prensa que la familia de la víctima está siendo apoyada, mientras que la Comisión de Derechos Humanos local ofreció apoyo jurídico.
La Fiscalía de Tamaulipas informó el vienes pasado de que cinco personas "ligadas a hechos del 3 de marzo en Matamoros" fueron detenidas por los delitos de "secuestro agravado y homicidio simple intencional".
Sin embargo, no detallaron si esos cargos incluyen la muerte de la joven mexicana, o si solo corresponden a la agresión en contra de Shadeed Woodard y Zindell Brown, los fallecidos, así como Eric Williams y Latavia McGee, quienes sobrevivieron.
Las muestras de cariño por Areli Pablo Servando surgieron poco después de que se supo de su muerte.
A través de Facebook, varias amigas y compañeras de un grupo de jóvenes de una iglesia pentecostés de Matamoros a la que asistía Arelita, como le decían, ofrecieron sus condolencias y admiración por sus labores cristianas.
"Agradezco a Dios siempre por tu vida. Fuiste de gran bendición para mí. Gracias por tu linda amistad que me brindaste todo este tiempo", expresó Abby Cárdenas.
"Tu amor por Dios y tu trabajo para las escuelitas de verano para el Señor, todo tu testimonio, es de gran bendición para nuestras vidas", dijo Maricruz Santiago.
A la joven le gustaban mucho los girasoles, según sus conocidos. Al tener su funeral, su ataúd fue adornado con esta flor.
En la conmemoración del Día de la Mujer el pasado 8 de marzo, una manifestante en Matamoros, Fernanda Seceñas, dedicó un cartel para Areli Pablo.
"Que la vida de una mujer mexicana importe", escribió.
"A ningún funcionario del gobierno mexicano le importó. Hoy yo marché por ella. Ella, de quien ninguna autoridad ha hablado. Ni les importó dar el pésame. Ni les importa su nombre… Porque es mexicana", escribió en una publicación para sus redes sociales.
PURANOTICIA // BBC MUNDO
