
El primer ministro en funciones intentará formar un gobierno de consenso en 48 horas, en medio de presiones de la ultraderecha por disolver la Asamblea y exigencias de la izquierda para nombrar un primer ministro progresista.
El primer ministro en funciones de Francia, Sébastian Lecornu, ha confirmado que por petición del presidente Emmanuel Macron ha aceptado iniciar las "últimas discusiones" para tratar de garantizar la "estabilidad" del país, para lo cual ha convocado a "todas las fuerzas políticas" a una ronda de contactos que concluirá el miércoles por la mañana.
Lecornu dimitió el lunes a primera hora, pero de tarde Macron le concedió 48 horas más de margen para intentar conformar un Gobierno con el que sortear la actual crisis política. En primer lugar, se ha visto con representantes de partidos afines, entre ellos los ex primeros ministros Gabriel Attal y Edouard Philippe.
Las "dos prioridades" pasan, según el Ejecutivo, por la aprobación de un nuevo presupuesto y por aclarar "el futuro de Nueva Caledonia". Los asistentes a la primera reunión de este martes habrían coincidido en la necesidad de encontrar "una solución rápida" a estas "urgencias".
Sin embargo, y dada la falta de mayorías en la Asamblea Nacional, también han abierto la puerta a "un posible compromiso con la oposición", por lo que Lecornu quiere tantear a otros partidos. Está por ver, no obstante, cuántos de ellos acudirán a la llamada, habida cuenta de que para ciertos sectores no cabe ya más solución que el adelanto electoral.
Macron, que siempre se ha opuesto a disolver la Asamblea Nacional o a dimitir, no se ha pronunciado de ninguna manera tras la dimisión de quien ha sido ya el primer ministro más breve en la historia de la VI República francesa y por ahora se ha limitado a escuetos mensajes a través de su oficina.
MENSAJES DESDE LA IZQUIERDA Y LA ULTRADERECHA
Los principales líderes de la formación ultraderechista Agrupación Nacional, Marine Le Pen y Jordan Bardella, ya han declinado la invitación a estas "enésimas negociaciones", porque entienden que "ya no tienen como objetivo preservar el interés de los franceses, sino del propio presidente de la República", según el partido.
La ultraderecha ha insistido en su petición de disolución de la Asamblea, mientras que en la izquierda el Partido Socialista, Los Ecologistas y el Partido Comunista se han reunido para tratar de unificar posturas y reclamar con una voz única a Macron que, "por fin", nombre a un primer ministro de izquierdas, según Franceinfo.
"Estamos listos para gobernar juntos para desarrollar una política de progreso social y ecológico y de justicia fiscal", han prometido estos tres grupos, tras un encuentro del que se ha desmarcado La Francia Insumisa (LFI), con quien sí concurrieron en las elecciones de 2024 bajo la bandera del Nuevo Frente Popular.
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