"Un país puede utilizar medios que vayan minando la seguridad y la estabilidad de otro país. Y no son medios militares, sino, por ejemplo, ciberataques o el lanzamiento de una oleada masiva de tuits que vayan en contra de la posición de un gobierno determinado. A eso se le denomina guerra híbrida", dice.
El empleo de mecanismos como la insurgencia, la migración o el uso de "fakes news" y desinformación, entre otros, también se considera parte de estas estrategias de combate no tradicionales, donde la propaganda y la provocación son factores fundamentales.
Cuando ocurrió el ciberataque a Ucrania a mediados de enero, las autoridades de ese país señalaron a través de un comunicado que el objetivo "no solamente fue intimidar a la sociedad", sino además "desestabilizar la situación" con "falsas informaciones sobre la vulnerabilidad de las infraestructuras informáticas del Estado".
En días recientes, y en medio de los temores de un ataque militar ruso, los servicios de seguridad ucranianos han informado de cientos de falsas amenazas de bomba, propiciando el cierre de algunas escuelas.
El académico Antonio Alonso Marcos explica que "las guerras tradicionales, con un ejército uniformado entrando al territorio de otro estado, como se hizo en Irak o Afganistán, ya casi no suceden".
"Ahora, las guerras son más asimétricas, con otros actores involucrados", dice.
Otra de las diferencias entre la guerra híbrida y la tradicional es que es difícil saber cuándo empiezan las primeras.En las tradicionales, generalmente un país le declara la guerra a otro. Pero en estos casos, la dinámica no es igual.
"La guerra es un proceso que está sucediendo [entre Rusia y Ucrania]. Pero aún así, no hay claridad de que en realidad sea una guerra de un país contra otro país, porque no hay una invasión abierta", le explica a BBC Mundo Olga Malchevska, periodista del servicio ucraniano de la BBC.
Para Alonso Marcos, "no es fácil" catalogar la guerra híbrida pues "su característica predominante es que no se hace con métodos tradicionales, entonces también tiene que ver con la voluntad política de identificarlo así".
Adversario irreconocible
Lo anterior se hace aún más complejo porque en la guerra híbrida no es fácil reconocer quién ataca.
En este caso, por ejemplo, Rusia ha negado constantemente su participación en las acusaciones hechas por los ucranianos aunque, según expertos, ha demostrado ser experta en atacar el ámbito cibernético de los países.
"Rusia seguirá negándolo y es una buena manera de esconder su participación. Este mecanismo funciona aún mejor en los casos de ciberataques, cuando es difícil saber quién está detrás. Es por eso que es visto como una forma muy eficiente de enfrentar al adversario", le explica a BBC Mundo Sergei Goryashko, del servicio ruso de la BBC.
Otra dimensión de este tipo de conflictos es la inmersión de separatistas que buscan desestabilizar a un determinado país, algo que tampoco se hace abiertamente.
"No son soldados de un país, sino gente local que está de acuerdo con ese país. [En el caso de Rusia y Ucrania] muchos expertos probaron y evidenciaron que gente local estaba usando armas suministradas por Rusia y también por las principales autoridades de los llamados rebeldes", explica Olga Malchevska.
"Hay mucha evidencia que dice que Rusia apoya a los separatistas, pero el gobierno de Putin asume muy poca responsabilidad en ello", agrega.
Otros casos
No es la primera vez que se habla de guerra híbrida con el caso de Rusia y Ucrania.
Uno de los episodios más recientes es lo ocurrido en 2021 entre Lituania y Polonia (ambos de la Unión Europea) y Bielorrusia (aliado de Rusia).
El flujo migratorio desde Bielorrusia se duplicó, poniendo en jaque a los gobiernos de Lituania y Polonia, quienes acusaron directamente a Putin de estar "orquestando" una crisis en ambas naciones en respuesta a las sanciones impuestas por la Unión Europea contra el régimen bielorruso, liderado por Alexander Lukashenko.
Una investigación de la BBC, publicada en octubre del año pasado, constataba cómo Bielorrusia estaba ayudando a migrantes de estos países otorgándoles visas de turista para circular por su país hacia la frontera con Lituania y Polonia.
El gobierno de Lituania aseguró que se estaba utilizando a los migrantes como un "arma política", y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aseveró que se enfrentaban a un "ataque híbrido cínico y peligroso".
PURANOTICIA // BBC MUNDO