
El presidente recordó a Trump que Brasil "es uno de los tres países del G20 con los que Estados Unidos mantiene un superávit en su balanza de bienes y servicios".
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump, conversaron durante media hora en una llamada por teléfono donde también abordaron el asunto de los aranceles del 50% que aplican las fronteras estadounidenses a los productos brasileños.
"Pedí al presidente Trump que levante la sobretasa del 40% [que se suma a otro 10%] impuesta a los productos brasileños y las medidas restrictivas aplicadas contra las autoridades brasileñas", escribió Lula en su cuenta de 'X' después de la conversión entre ambos mandatarios.
En esta misma conversión, el Mandatario recordó a Trump que Brasil "es uno de los tres países del G20 con los que Estados Unidos mantiene un superávit en su balanza de bienes y servicios" y que el contacto directo entre ambos es una "oportunidad" para restaurar 201 años de relaciones amistosas entre los dos países.
Como muestra de la "buena química" que tanto Lula como Trump subrayaron tener durante su reunión en Nueva York durante la Asamblea general de la ONU hace dos semanas, el presidente estadounidense designó al secretario de Estado, Marco Rubio, para continuar las negociaciones con el vicepresidente y ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior brasileño, Geraldo Alckmin, las negociaciones pertinentes sobre los aranceles, así como con el canciller, Mauro Vieira, y el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, por parte de Brasil.
Se trata de un paso previo a una futura reunión presencial entre ambos mandatarios, algo que acordaron hacer "próximamente". Desde Brasil han propuesto la posibilidad de reunirse en la cumbre de la ASEAN en Malasia, en la COP30 que se celebrará en Belem o en Estados Unidos.
Estados Unidos anunció a finales del mes de julio la implementación de un arancel adicional del 40% sobre los productos brasileños importados, hasta una tasa total del 50%, para "enfrentar las recientes políticas" del Gobierno de Lula.
En concreto, la medida se impuso en represalia al procesamiento "por motivos políticos" del expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien fue juzgado por tomar parte del golpe de Estado contra el actual Mandatario.
PURANOTICIA