Las piedras de entre 5 y 16 milímetros de diámetro estaban cuidadosamente talladas.
Eran objetos que solamente los más acomodados podían permitirse el lujo de tener y cuya pérdida probablemente era motivo de rabia y desencanto.
Y eso es lo que se cree que les ocurrió a los propietarios de unas 30 piedras semipreciosas talladas que fueron halladas por arqueólogos en Reino Unido mientras excavaban en un sitio donde antes hubo unos baños romanos en la localidad de Carlisle, en el norte de Inglaterra.
Las piedras de entre 5 y 16 milímetros de diámetro estaban cuidadosamente talladas. Una de ellas, una amatista, muestra a la diosa Venus; otra, un jaspe de color rojo-marrón tiene un sátiro sentado sobre rocas junto a una columna.
Se cree que originalmente estaban incrustadas en anillos de sello que sus dueños llevaban consigo a los baños públicos.
"Son hermosas piezas de arte en miniatura de cerca del año 200 D.C. Estaban adheridas con pegamento vegetal y con el calor y el sudor del baño se cayeron de los anillos", explicó a la prensa el arqueólogo Frank Giecco, quien encabeza las excavaciones que se realizan cerca del conocido Muro de Adriano.