Los fiscales originalmente habían buscado sentencias de hasta 17,5 años para Jonathan Toebbe y solo tres años para su esposa. Algo que la jueza Gina Groh consideró insuficiente.
La sentencia para un matrimonio involucrado en un caso de seguridad nacional en EE.UU. fue más dura de lo esperado por la fiscalía.
Una jueza condenó a 17 de años de prisión a Jonathan Toebbe y a 21 años a su esposa, Diana, luego de que la pareja fuera declarada culpable en un caso de venta de secretos militares de EE.UU. a un gobierno extranjero.
Los fiscales originalmente habían buscado sentencias de hasta 17,5 años para Jonathan Toebbe y solo tres años para su esposa. Algo que la jueza Gina Groh consideró insuficiente.
El hombre de 42 años y exingeniero de la Marina de EE.UU. había trabajado en la oficina de un jefe de operaciones navales y fue sorprendido ofreciendo secretos sobre submarinos de propulsión nuclear a un país no especificado.
Para la jueza Groh, la mujer de 42 años era la principal organizadora de la operación ilegal.
"El daño a esta nación es grave y estos son tiempos aterradores en los que vivimos", dijo Groh en la audiencia de sentencia celebrada en Martinsburg, Virginia Occidental, este miércoles.
"Lo más probable es que la señora Toebbe fuera la que estaba dirigiendo la operación. Era parte del plan", señaló la magistrada.
De hecho, Groh también expresó su rechazo al comportamiento de la esposa, a quien sorprendieron pasando una carta a su esposo mientras ambos estaban encarcelados instándolo a seguir su plan para absolverla a ella.
"Ella quería que él mintiera", dijo.
La pareja se había declarado culpable a principios de este año tras ser acusada de intentar vender secretos de submarinos nucleares a un país extranjero.
Los investigadores aseguraron que, durante años, Jonathan Toebbe había recolectado información sobre los submarinos nucleares y había retirado documentos de su trabajo, página por página, para poder sortear los puntos de vigilancia.
"Fui extremadamente cuidadoso de recolectar los archivos en mi posesión de manera lenta y natural, como parte de la rutina de mi trabajo, para que nadie sospechara de mi plan", le escribió Jonathan Toebbe a un investigador encubierto, creyendo que trabajaba para un gobierno extranjero.
Toebbe, sin saber que había caído en una trampa, llegó a confiar en el investigador encubierto.
En una de las notas, Toebbe escribía sobre su amistad y sus esperanzas para el futuro: "Un día, cuando sea seguro, de pronto un par de amigos tendrá la posibilidad de encontrarse casualmente en un café, compartir una botella de vino y reírse de las historias de sus hazañas juntos".
El hombre había solicitado US$100.000, pagados en criptomonedas, según la declaración juramentada escrita por los investigadores federales, a cambio de los secretos nucleares.