
El magistrado sostuvo que existió un plan deliberado para instaurar un régimen autoritario después de la derrota electoral frente a Luiz Inácio Lula da Silva.
En un hecho sin precedentes para la democracia brasileña, el magistrado del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes, acusó al expresidente Jair Bolsonaro de ser el líder de una "organización criminal" que habría planificado un golpe de Estado para "perpetuarse en el poder". Durante una extensa exposición, el juez relator del caso detalló la supuesta trama que comenzó en junio de 2021 y culminó con los asaltos a los poderes públicos del 8 de enero de 2023.
Según la acusación, la organización actuó de manera "permanente y jerarquizada" con la finalidad de revertir los resultados de las elecciones de 2022. En el marco de la investigación, el juez De Moraes dio por ampliamente comprobado el plan denominado “Puñal Verde y Amarillo”, una operación para asesinar al Presidente Lula, al vicepresidente Geraldo Alkcmin, y al propio magistrado. Un general retirado confesó ser el autor de este plan, el cual fue, según la Fiscalía, impreso en el Palacio de Planalto con el conocimiento y aval de Bolsonaro.
De Moraes acogió la totalidad de los cargos formulados por la Fiscalía General, que acusa a Bolsonaro y a otros siete imputados de cinco delitos: intento de abolición violenta del Estado de derecho, golpe de Estado, participación en organización criminal armada, daño calificado y deterioro de patrimonio protegido. Si bien el juez no propuso penas, estas podrían llegar a sumar 40 años de prisión para el exmandatario.
El magistrado también dedicó parte de su exposición a rebatir los argumentos de las defensas, que denunciaron manipulación de pruebas y restricción al debido proceso. De Moraes aseguró que se respetaron todas las garantías y que los abogados tuvieron pleno acceso a la documentación. La decisión del juez, que sienta un duro precedente, marcará la pauta para el resto de los jueces del tribunal que aún deben emitir su voto.
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