El expresidente de Brasil aseguró en una audiencia el domingo que sufrió un episodio de "paranoia" y "alucinación" debido a la medicación que toma y rechazó que haya intentado fugarse.
El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue detenido el sábado por riesgo de fuga mientras cumplía prisión domiciliaria después de que la Policía Federal detectara un intento de manipulación de la tobillera electrónica que lleva.
El político de 70 años aseguró en una audiencia el domingo que sufrió un episodio de "paranoia" y "alucinación" debido a la medicación que toma y rechazó que haya intentado fugarse.
Horas antes, el ministro Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal (STF) revocó la prisión preventiva bajo arresto domiciliario a la que Bolsonaro estaba sometido desde que se conociera su sentencia de 27 años y 3 meses de prisión en septiembre pasado por un intento de golpe de Estado.
El expresidente fue trasladado el sábado a la Superintendencia de la Policía Federal en el Distrito Federal, donde deberá permanecer en un centro de detención especial.
La decisión judicial, sin embargo, también aludió a un riesgo de fuga después de que su hijo Flávio Bolsonaro convocara una vigilia en apoyo a su padre cerca de la residencia donde el expresidente cumplía su arresto domiciliario.
La orden establece que la convocatoria pudo generar aglomeraciones capaces de obstaculizar la vigilancia policial y la ejecución de decisiones judiciales. Para la Policía Federal, la vigilia podría crear un ambiente propicio para intentos de fuga y obstaculizar el cumplimiento del arresto domiciliario.
Moraes afirma que la movilización convocada por Flávio Bolsonaro se asemeja a estrategias ya utilizadas por los partidarios del expresidente en otras ocasiones, que incluyeron acampadas frente a los cuarteles tras las elecciones de 2022.
Además, según la decisión, el sistema de monitoreo también registró una violación de la tobillera electrónica que lleva puesta Bolsonaro, lo que reforzó la percepción de un riesgo inminente de fuga.
Según declaró Bolsonaro el domingo, una combinación de medicamentos le causó efectos secundarios y creyó que la tobillera electrónica podría contener un dispositivo de escucha clandestino, lo que motivó su intento de manipular el equipo.
Admitió haber utilizado un soldador en la madrugada del sábado para intentar manipular su dispositivo, pero afirmó que detuvo la acción por su cuenta y luego informó del incidente a los agentes encargados de monitorearlo.
El expresidente afirmó que ya contaba con las herramientas en casa "porque tiene entrenamiento en el manejo de este tipo de equipos".
Dijo que estaba acompañado por su hija, su hermano mayor y un asesor en su casa cuando todo ocurrió, pero que ninguno de ellos lo vio manipulando la tobillera electrónica.
El arresto de Bolsonaro se produce en un momento delicado de su caso.
El exmandatario ha pasado por sucesivas fases de restricciones judiciales, que comenzaron con medidas cautelares como el uso de una tobillera electrónica, y posteriormente se convirtieron en prisión preventiva bajo arresto domiciliario.
La semana pasada, el Tribunal Supremo rechazó los recursos presentados por la defensa, acercando el proceso a su fase final.
Según el ministro Moraes, el círculo de Bolsonaro intentaría repetir una movilización de sus simpatizantes como la que culminó en los ataques a las sedes de poder del 8 de enero de 2023.
El expresidente negó tener intención de huir. Según su declaración del domingo, afirmó que el lugar en el que estaba convocada la manifestación "está a setecientos metros de su casa, por lo que no hay posibilidad de crear ningún disturbio que pueda facilitar una hipotética fuga".
La decisión de Moraes también menciona el historial de aliados del expresidente que abandonaron el país para evadir la justicia.
El STF condenó el pasado septiembre a Bolsonaro a 27 años y 3 meses de prisión por liderar una organización criminal, integrada por militares, policías y aliados, que actuó para impedir la transición de poder tras las elecciones de 2022, que ganó por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El expresidente fue declarado culpable de cinco delitos: organización criminal armada, intento de abolición violenta del Estado Democrático de Derecho, golpe de Estado, daños agravados mediante violencia y amenazas graves, y deterioro del patrimonio histórico.
Además de Bolsonaro, los otros siete acusados en la causa penal también fueron condenados: Alexandre Ramagem, Almir Garnier, Anderson Torres, Augusto Heleno, Mauro Cid, Paulo Sérgio Nogueira y Walter Braga Netto.
Según el Fiscal General de la República, Paulo Gonet, la organización criminal actuó en diversos frentes desde 2021 para intentar ejecutar el plan de ruptura, desde discursos públicos para desacreditar el sistema electoral hasta presuntas presiones al Alto Mando de las Fuerzas Armadas para que apoyara un decreto golpista, el llamado "proyecto de ley golpista".
Gonet también citó en la acusación movimientos para intentar perturbar el proceso electoral, citando los bloqueos de carreteras instalados por la Policía Federal de Carreteras (PRF) el día de las elecciones de 2022, especialmente en regiones con votantes favorables al opositor Lula.
La Fiscalía General también destacó los asaltos del 8 de enero de 2023 como el acto final del intento de golpe.
Al final del juicio, el Tribunal Supremo consideró que existían pruebas suficientes y condenó a los acusados.
Bolsonaro, quien desde entonces ha estado sometido a un estricto arresto domiciliario, está pendiente de su recurso a la sentencia.
(Imagen: AFP)
PURANOTICIA // BBC MUNDO