El plan, el cual incluye un proyecto de ley que el gobierno espera sea aprobado por la asamblea en 2022, busca prohibir que las personas que hayan nacido en la nación insular después de 2008 puedan comprar cigarrillos o productos de tabaco.
El gobierno de Nueva Zelanda anunció un ambicioso plan para prevenir el uso de tabaco en las próximas generaciones del país.
El plan, el cual incluye un proyecto de ley que el gobierno espera sea aprobado por la asamblea en 2022, busca prohibir que las personas que hayan nacido en la nación insular después de 2008 puedan comprar cigarrillos o productos de tabaco.
"Queremos asegurarnos de que la gente joven nunca empiece a fumar", dijo la doctora Ayesha Verall, ministra de Salud neozelandesa.
La medida esg parte de un esfuerzo generalizado en Nueva Zelanda para reducir la tasa de fumadores, de un 13% de la población adulta al 5%, antes de 2025. Ésto como un primer paso antes de lograr el objetivo final de erradicar el consumo de tabaco definitivamente.
Otras medidas incluídas en el plan son la reducción en el número de puntos de venta autorizados para ofrecer productos de tabaco y reducir las cantidades de nicotina en los cigarrillos que se vendan en todo el país.
Un proyecto polémico
Algunos conservadores han criticado primera ministra Jacinda Ardern por sus medidas restrictivas.
El anuncio de las reformas antitabaco del gobierno de la primera Ministra Jacinda Ardern tuvo reacciones encontradas en los diferentes sectores del país austral.
Según la profesora Janet Hook, de la Universidad de Otago, en el sureste de Nueva Zelanda, las medidas "ayudarán a las personas a dejar de fumar o cambiarse a productos menos dañinos, al igual que haría menos probable que la gente joven se vuelva adicta a la nicotina".
Pero otros, como Sunny Kaushal, presidente de un grupo de cabildeo local que representa a las tiendas minoristas, argumentan que las medidas incentivarán la creación de un mercado negro de productos de tabaco.
Hablando con el sitio de noticias neozelandés Stuff, Kaushal dijo: "Habrá una ola de crimen. Las pandillas y los criminales ocuparán los espacios" que dejen las ventas legales de tabaco.
De hecho, algunos críticos de Ardern han usado sus medidas antitabaco para acusarla y a su gobierno de "autoritarismo".
"Steerpike", columnista del semanario conservador británico The Spectator, dice: "La bendita respuesta de cajón de Jacinda a cualquier crisis de políticas públicas ha sido restringir o prohibir el fenómeno en cuestión".