De 73 años, Barnier ya formó parte del gobierno durante las etapas de Jacques Chirac y de Nicolas Sarkozy y en los últimos años ha dejado claras sus posiciones conservadoras.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha designado este jueves al exministro y excomisario europeo Michel Barnier, miembro de la familia política conservadora, como nuevo primer ministro, tras una sucesión de rondas de consultas marcadas por la falta de consenso.
El Elíseo ha reconocido en un comunicado que ha sido "un ciclo inédito de consultas" durante el cual Macron, en aras de su "deber constitucional", ha tratado de llegar a un candidato y a un gobierno que logre aunar el mayor número de apoyos posibles en el Parlamento.
Barnier está llamado ahora a conformar un gabinete capaz de obtener el respaldo de la Asamblea Nacional, marcada por la polarización tras las elecciones parlamentarias de julio.
De 73 años, Barnier ya formó parte del gobierno durante las etapas de Jacques Chirac y de Nicolas Sarkozy y en los últimos años ha dejado claras sus posiciones conservadoras, por ejemplo cuando se presentó a la carrera presidencial en la campaña previa a las elecciones de 2022.
IZQUIERDA RECHAZA Y ULTRADERECHA APOYA CON CONDICIONES
La izquierda francesa ha criticado el nombramiento del excomisario europeo Michel Barnier como nuevo primer ministro, ya que consideran que con esta designación el presidente francés "niega" los resultados de las últimas elecciones parlamentarias, mientras que la ultraderecha se ha abierto a apoyarlo si promueve medidas en ámbitos clave como la inmigración.
"La negación democrática alcanza su apogeo", ha criticado en redes sociales el líder socialista, Olivier Faure, que ha puesto de manifiesto que Barnier procede de la familia política de Los Republicanos, que "quedó en cuarta posición" en los últimos comicios.
Además, ha señalado que Barnier no se implicó en el denominado "frente republicano", como se conoce en Francia a la alianza entre distintos bloques para evitar el ascenso al poder de la ultraderecha. "Entramos en una crisis de régimen", ha proclamado Faure.
Por su parte, el excandidato presidencial y diputado Jean-Luc Mélenchon, miembro de La Francia Insumisa (LFI), ha acusado a Macron de "robar" la voluntad popular el optar por un ministro que "tiene el permiso" de Agrupación Nacional, el partido de Marine Le Pen y Jordan Bardella. Para Mélenchon, se está gestando "el Gobierno de Macron y Le Pen".
Tanto Bardella como Le Pen han apuntado en sus primeras reacciones que juzgarán el discurso político de Barnier a la hora de decidir si lo apoyan, teniendo en cuenta "urgencias" como el poder adquisitivo, la inseguridad o la inmigración. "Nos reservamos todas las opciones políticas si no es así en las próximas semanas", ha dicho Bardella, que ha pedido "respeto" para los once millones de votantes de su partido.
En esta línea, Le Pen ha destacado ante la prensa que la designación de Barnier "parece responder al criterio que habían reclamado" y que pasa por tener a un primer ministro "respetuoso" con todos los partidos y "capaz de dirigirse a Agrupación Nacional".
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