Se trata de osamentas egipcias de hace miles de años que pertenecían a la Colección Duckworth de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, y que muestran lesiones provocadas por tumores.
El descubrimiento reciente de dos cráneos por un grupo de científicos podría cambiar para siempre la manera en la que los humanos entendemos la historia de la medicina.
Se trata de osamentas egipcias de hace miles de años que pertenecían a la Colección Duckworth de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, y que muestran lesiones provocadas por tumores.
Los expertos sugieren que uno de los cráneos, que data de hace 4.000 años, fue intervenido quirúrgicamente, ya sea con la intención de extirpar el tumor que presentaba la persona o de forma post mortem para entender la afección.
Edgard Camarós, un paleopatólogo de la Universidad Santiago de Compostela, en España, autor principal del estudio publicado este miércoles en la revista Frontiers, dijo que es novedoso tener pruebas de que los egipcios intentaron entender la enfermedad.
"Es interesante pensar que existe un contexto para esta intervención quirúrgica; y ese es la muy avanzada y sofisticada medicina del antiguo Egipto”, comentó Camarós al programa Newshour de la BBC.
“Tenemos, por ejemplo, el papiro de Edwin Smith, que data de hace unos 3.600 años. Ahí describen 48 casos de diferentes condiciones, y lo fascinante es que intentan decir cuál podría haber sido el tratamiento. Aunque tenían una medicina increíble, realmente lo que hoy conocemos como cáncer era una frontera en su conocimiento médico, aunque sí identificaban los tumores”, agregó.
El cráneo operado pertenecía a un hombre que tenía entre 30 y 35 años cuando murió, explicaron los investigadores a la agencia de noticias Press Association.
También encontraron 30 lesiones más pequeñas, lo que hace suponer que el cáncer se estaba propagando.
En la colección, los científicos también encontraron un cráneo de unos 2.000 años de antigüedad, que perteneció a una mujer de 50 años.
La osamenta evidenciaba lesiones de un cáncer que destruyó el hueso, pero a la vez mostraba que la persona se había recuperado de una herida punzante.
De acuerdo con Camarós, este hecho es poco común, dado que las heridas relacionadas con hechos violentos son más frecuentes en restos pertenecientes a hombres.
El cráneo fue analizado con una microtomografía computadorizada y, según los científicos, las marcas del cáncer eran muy claras.
"Sabemos que era cáncer por las características de las lesiones en los huesos, que están relacionadas principalmente con la creación y destrucción de huesos”, sostuvo el científico español.
Los tumores son enfermedades que en la actualidad se perciben como afecciones modernas, relacionadas con la contaminación del medio ambiente, así como con la dieta y la genética.
No obstante, el estudio demuestra que es una enfermedad presente desde la antigüedad.
"El cáncer ha estado con nosotros desde el principio y en muchas formas. Incluso los dinosaurios sufrieron cáncer", sostuvo Camarós.
El científico aclaró que aún falta más investigación para entender cómo nuestros antepasados abordaban la enfermedad.
Su objetivo, indicó a la agencia Press Association, es completar “la biografía del cáncer desde el principio de la historia humana”.
(Imágenes: Frontier/Tatiana Tondini, Albert Isidro, Edgar Camarós)
PURANOTICIA // BBC MUNDO