Se trata de Michael Nance, un hombre de 61 años que fue condenado a la pena capital en 2002 aunque aún no tiene fecha de ejecución.
La Corte Suprema de Estados Unidos dio la razón este jueves a un preso condenado a pena de muerte que pidió ser ejecutado por un pelotón de fusilamiento.
Se trata de Michael Nance, un hombre de 61 años que fue condenado a la pena capital en 2002 aunque aún no tiene fecha de ejecución.
Nance recibió su sentencia en Georgia, un estado donde solo se contempla la inyección letal para acabar con la vida de los reos.
El sentenciado argumentó que la inyección letal podría provocarle un sufrimiento excesivo porque sus venas están en mal estado y "no son aptas para un acceso intravenoso sostenido", según los informes del caso.
También alegó que, debido a que usa un medicamento para el dolor crónico de espalda, existe un mayor riesgo de que la anestesia no lo deje inconsciente en la ejecución.
Con 5 votos a favor y 4 en contra, la Corte Suprema aceptó su petición de impugnar el protocolo de Georgia en virtud de la ley federal de derechos civiles.