Cuando parecía que el empate ya estaba sentenciado, Gabriel Rojas, que había ingresado a los 76' reemplazando al "Conejo Ubilla", resolvió el cotejo con un zurdazo desde fuera del área.
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Corría el minuto 87 del partido entre Santiago Wanderers y Everton de Viña del Mar, y las cosas estaban 1-1 tras los goles de Sebastián Ubilla y Álvaro Madrid para sus escuadras, tantos que se convirtieron en la primera mitad.
Cuando parecía que el empate ya estaba sentenciado, Gabriel Rojas, que había ingresado a los 76' reemplazando al "Conejo Ubilla", resolvió el cotejo con un zurdazo desde fuera del área que terminó siendo imposible de atajar para el portero ruletero Franco Torgnascioli.
Aquello le significó alzarse como la figura del encuentro, y tras el partido, aseguró que sabía que marcaría en este partido tan especial para la Quinta Región: "Sentía que se venía algo bueno, gracias a Dios se me dio la oportunidad y le di con el corazón"
Era primera vez que el canterano wanderino se enfrentaba a un clásico porteño, por lo que se podría decir que Rojas cumplió con creces las expectativas en su estreno. "Siento una emoción tremenda, que mejor que marcar un gol en el clásico, y mi primer, uno de los más importantes, el que no se me va a olvidar", comentó al respecto.
El caturro no la ha tenido fácil, pues durante la presente temporada no ha tenido demasiados minutos en cancha. Sobre eso, aseguró que "me marcó un poco porque uno quiere jugar siempre. De chico siempre con la pelota al lado y estar un año sin jugar fue demasiado fuerte".
En esa misma línea, agregó: "Llegué y lo único que quería era jugar y jugar. Gracias a Dios todo se ha dado. (...) Se lo dedico a mi familia, a mi polola Francisca y mi hija Agustina".
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