Después de 45 años de carrera, cuatro nominaciones y una legión de éxitos de taquilla, el protagonista de Mission: Impossible finalmente consiguió su estatuilla dorada en los Governors Awards
En una noche que parecía sacada de una superproducción hollywoodense, Tom Cruise finalmente consiguió lo que décadas de éxitos taquilleros no habían logrado: poner sus manos en un Óscar, aunque fuera uno honorífico.
El actor, conocido por desafiar la gravedad, la lógica y hasta a los seguros de películas, recibió este domingo su primera estatuilla dorada y, fiel a su estilo, la aceptó con humor: "Ojalá sin muchos más huesos rotos", lanzó entre risas, como si sus acrobacias imposibles fueran apenas un trámite administrativo.
El premio fue entregado durante los Governors Awards, de manos del cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu, ante una sala que se vino abajo en una ovación que duró varios minutos. Entre los asistentes estaban Leonardo DiCaprio, Hugh Jackman, Natalie Portman y Ethan Hawke, testigos del momento en que una deuda histórica de la Academia finalmente se saldaba. Ya en el escenario, Cruise dejó claro lo que significaba para él: "Hacer películas no es lo que hago, es lo que soy".
Con su característico fervor, el protagonista de Mision Imposible recordó que su amor por el séptimo arte nació antes de que siquiera pudiera retener recuerdos. El cine, dijo, le despertó una necesidad inagotable de aventura, de conocimiento y de explorar la condición humana: "Me abrió los ojos", afirmó, casi declarándole amor eterno a la pantalla grande.
En un gesto emotivo —y muy de estrella que sabe manejar la épica— pidió a todos quienes habían trabajado con él que se pusieran de pie. Lo hizo para rendir homenaje a cada persona, desde los rostros más famosos hasta aquellos invisibles para el público, que lo han acompañado en este viaje cinematográfico: "Los llevo conmigo en cada fotograma de cada película que he hecho y que haré", sentenció.
Tras 45 años de carrera, cuatro nominaciones al Óscar y una colección interminable de éxitos de taquilla, Cruise finalmente se llevó una estatuilla, aunque no la competitiva que Hollywood le ha negado una y otra vez. Pero si algo ha demostrado Tom Cruise es que, en su historia, las secuelas siempre son más espectaculares. Y tal vez, aún queda lugar para un Óscar de verdad en la próxima.
PURANOTICIA