Certamen musical surgió de una idea del alcalde de la época, Gustavo Lorca, quien quiso replicar una feria artística de 1959, pero enfocada principalmente en la música y en una competencia que resaltara los atributos de la Ciudad Jardín.
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Corría el verano de 1960 y en Viña del Mar las autoridades de la época se frotaban la cabeza en busca de alguna iniciativa que pudiera hacer crecer el número de visitantes que dejaran dinero para la comuna.
Así fue como el entonces alcalde Gustavo Lorca recordó el éxito que obtuvo en 1959 una feria realizada por los alumnos de la Escuela de Bellas Artes, donde un grupo de músicos fue solicitado para amenizar el evento en los jardines de la Quinta Vergara.
De esta manera, y con la asesoría de Carlos Ansaldo, por entonces director del Departamento de Turismo y Relaciones Públicas de la casa edilicia, decidieron replicar el evento, pero enfocado en un festival, con una competencia y utilizando a los músicos estables del Casino Municipal.
Tras afinar algunos detalles, levantaron un modesto escenario a un costado del palacio de Bellas Artes e inauguraron el 21 de febrero de 1960 este evento gratuito denominado Festival de la Canción de Viña del Mar, cuya finalidad –repetimos– era promover el turismo y la llegada de visitantes a la comuna.
Y es que el éxito del certamen fue total y absoluto, pues no se trataba sólo de un festival de la canción que, por lo demás, se extendería hasta el 28 de febrero de 1960 –vale decir una semana completa de música–, sino que también se realizó de forma paralela la Gran Feria de Viña del Mar, instancia similar a la organizada un año antes.
35 mil personas llegaron a los jardines de la Quinta Vergara durante la primera jornada de música. Para hacerse una idea, esta cifra es dos veces la capacidad actual del anfiteatro viñamarino. Y es que los asistentes, de todas partes del país, disfrutaron de la música de Los Huasos Quincheros y del japonés/estadounidense Teal Joy, además de los humoristas Carlos Helo, Jorge Romero y del argentino Luis Sandrini.
Pero además el evento destacó la identidad viñamarina, pues la competencia musical, –que era lo principal del certamen– tenía como motivo central la ciudad y sus encantos. Y así lo hacía saber frecuentemente el animador del primer Festival de la Canción de Viña del Mar, el locutor Ricardo García, reconocido por aquellos años como uno de los principales gestores del movimiento popular artístico en Chile.
Sin duda alguna, una de las particularidades que tuvo aquel primer Festival de Viña, que este lunes 21 de febrero de 2022 cumple 62 años de vida, fue que sólo tres funcionarios de Carabineros resguardaron la seguridad de las 35 mil personas por día, en un evento que no tuvo mayores incidentes.
Crónicas de la época recuerdan la espectacularidad del certamen, a pesar de recalcar en lo modesto de su escenario, construido en base a cholguan y con un telón desteñido de tul y cuatro palos sosteniéndolo. Cabe hacer presente también que esta primera versión no fue televisada, instancia a la que sólo se llegó el año 1963 mediante un acuerdo con el Canal 9 de la Universidad de Chile.
La competencia musical, en la que participaron seis canciones, fue ganada por José Goles y Manuel Lira, quienes interpretaron el tema «Viña», haciéndose acreedores de un premio de 500 escudos y el galardón llamado «La Lira de Oro», que posteriormente, y como todos sabemos, mutó a la Gaviota de Plata.
Los recuerdos de este primer evento musical a mayor escala en la ciudad se contraponen diametralmente al presente del hoy Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar el cual, producto de la pandemia y sus consiguientes restricciones, ha originado que por segundo año consecutivo (2021 y 2022) fuera suspendido.
PURANOTICIA
