La recordada conductora de “Buenas Tardes Eli”, entregó sentida reflexión sobre la compleja enfermedad que le diagnosticaron hace más de una década.
La noche de este domingo, Canal 13 emitió un nuevo episodio de su exitoso estelar “De Tú a Tú”, en el que su conductor Martín Cárcamo, llegó hasta el hogar de la comunicadora Eli de Caso, quien se refirió a su lucha contra la fibromialgia.
En la íntima conversación, la recordada conductora de “Buenas Tardes Eli”, entregó un sincero testimonio sobre la enfermedad con la que fue diagnosticada hace más de una década, donde ahondó en la relación con su pareja, el terapeuta Manuel Tello. “Él trabaja en sanación y me ha ayudado ene, porque cuando Manuel y yo nos reencontramos yo estaba en una época de fibromialgia, mal. Yo siempre me pregunto qué hubiese sido de mí si Manuel no aparece en ese momento”, comenzó relatando.
“Estaba mal… Yo creo que estaba lista como para irme, no tenía interés en seguir viviendo, tenía demasiado dolor en mi cuerpo, encontraba que era un cacho para mi hijos, lo pasaba pésimo, pero mal, mal. Tenía mucho dolor en mi cuerpo todo el día y toda la noche, no podía dormir, no me alcanzaba la plata para los remedios”, añadió.
Sobre cómo le afectaba la enfermedad en esos momentos, Eli recordó que “era un dolor permanente, punzante, en la cabeza, en el cuello, en los hombros, codos, caderas, rodillas, muslos…”.
En esta línea, la comunicadora reflexionó que el origen de la fibromialgia en su cuerpo, se debe “por toda la historia de mi vida, por el desamparo y por no haberme protegido, por no haberme cuidado, no haberme valorado, no haberme puesto límites, no haberme importado. La fibromialgia tiene que ver con eso”.
Bajo este contexto, reveló que haber conocido su pareja Manuel Tello, fue lo que la ayudó a superar ese diagnóstico. “Fue un ángel en ese momento. A través de su sanación, y de todo lo que él ha aprendido en 30 años en un medio que se llama Body Harmony, empezó a ayudarme”, relató.
“Yo estuve un año con abstinencia a los medicamentos. No podía dormir, me dolía la piel, tenía problemas en los ojos, me dolía el cuerpo, y no me tomé nunca más un remedio para la fibromialgia”, complementó de Caso, recordando que “las primeras veces que yo me despertaba de mi cama sin dolor, lloraba de alegría, de agradecimiento. Yo no he vuelto a tener dolores en mi cuerpo”.
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