La panelista de “Zona de Estrellas”, desclasificó que decidió demandar a Sarika Rodrik por look que utilizó en gala del Festival de Viña del Mar.
Esta semana, la exchica “Mekano” Daniela Aránguiz se incorporó como panelista al espacio de espectáculos de Zona Latina “Zona de Estrellas”, donde llegó ante la salida de Raquel Argandoña.
En su llegada, la exparticipante de “El Discípulo del Chef” desclasificó un desconocido momento que vivió en una de la gala del Festival de Viña del Mar 2012, por el que reveló que incluso debió llegar hasta la justicia.
Según explicó Aránguiz, todo comenzó cuando asistió a una reconocida boutique del sector oriente de la capital para adquirir un exclusivo vestido para la ocasión, donde aseguró haber sido engañada por Sarika Rodrik.
Lo anterior, ya que al momento de desfilar por la alfombra roja de la mano de su exmarido, el exfutbolista Jorge Valdivia, fue alertada por Vivi Kreutzberger, quien le envió un mensaje para advertirle que el vestido que utilizaba no era un exclusivo diseño, ya que había sido usado anteriormente por Soledad Onetto sobre el escenario del Festival de Viña del Mar.
“Yo tuve un problema con ese vestido con Sarika Rodrik. Ese vestido es un Armani que yo compré y me lo vendieron como un vestido exclusivo y nuevo. Sarika Rodrik me lo vendió como un vestido exclusivo y nuevo para ir a la alfombra roja”, comenzó relatando.
“Cuando paso por la alfombra me llega un mensaje de la hija de Don Francisco y me dice ‘ese vestido lo usó Soledad Onetto para animar el Festival de Viña hace cuatro años atrás’”, añadió.
Debido al impasse, reveló que exigió una reparación por los daños causados. “Sarika Rodrik después me respondió, yo hice el reclamo. Llegamos hasta tribunales. Yo quería que me lo cambiara por otra cosa y ella accedió. La jueza nos hizo firmar, yo llevé el vestido y lo entregué y tomé otros productos”, aseguró.
“No querían por la buena y si no quieren por la buena, tiene que ser por la mala. Uno siempre tiene que ir con los derechos del consumidor”, agregó en su relato, revelando entre risas que desde la reconocida tienda de ropa “me mandaron a decir que yo estaba loca porque esa mujer era mucho más delgada que yo y que jamás me iba a entrar un vestido de ella”.
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