
Cinco años tuvieron que pasar para que un equipo chileno llegara a la ronda de los cuatro mejores de Sudamérica en un torneo de la Conmebol, el último equipo en lograrlo fue Coquimbo Unido el año 2020, quien perdió su opción de llegar a la final tras perder en forma muy polémica con Defensa y Justicia.
Ahora, en este 2025 es la Universidad de Chile que llega a estas instancias, pero, lamentablemente, con una hinchada que perjudica el andar del equipo. No bastó que el cuadro azul haya sido castigado por la Conmebol por los hechos sucedidos en Argentina ante el partido con Independiente, no bastó que jugarán sin público, no bastó que se haya elegido un recinto deportivo de regiones, como lo fue el Sánchez Rumoroso de Coquimbo, de igual forma los mal llamados hinchas hicieron destrozos en La Serena en un banderazo que terminó con incendio a 24 horas del trascendental encuentro.
No podemos tener una hinchaza sin vergüenza de hacer desordenes, de seguir alimentando al fútbol de terror. Porque eso es lo que sucede cuando tenemos a un puñado de verdaderos delincuentes que se apoderan del espectáculo y que son muchas veces la noticia que más se resalta sobre los resultados deportivos.
Necesitamos poner un orden al fútbol que permita que nuevamente tengamos un espectáculo. Hoy Chile cuenta con uno de los estadios más modernos de sudamerica como es el Claro Arena de la Universidad Catolica. Tenemos infraestructuira de primer nivel como lo es el remodelado estadio de Playa Ancha, tenemos la capacidad de organizar un mundial, como lo veremos con el Mundial Sub-20, ahora solo falta comportarnos, entender que tenemos que tener la mano firme para castigar, pero también una mano generosa que nos permita educar a la hinchada.
El triunfo de Universidad de Chile ante Alianza de Lima, y el paso a semifinales, debe ser la oportunidad para saber dar muestras que no solo somos capaces de liderar en el campo de juego, sino que también ser campeones en las tribunas. Recuperemos el fútbol en Chile, recuperemos el espectáculo, volvamos al estadio en familia. Depende solo de nosotros.