
Estamos ad portas de una nueva elección presidencial. Ocho son los candidatos inscritos que buscan gobernar este país. Hoy tenemos el mismo problema que hace 4 años. Y el mismo de hace 8 años atrás. Escuchamos 8 modelos de hojas de ruta distintos.
José Antonio Kast nos promete más seguridad. Evelyn Matthei nos habla de más crecimiento. Johannes Kaiser nos dice que va a reducir el Estado. Marco Enríquez-Ominami nos dice lo contrario, que necesitamos más Estado como países desarrollados como Francia y Alemania. Jeannette Jara en la primaria en su programa hablaba de la privatización del cobre y de aborto, hoy dice que no.
Franco Parisi está preocupado de sacar a todos los apitutados del gobierno y subir la PGU, y Artes lo más probable es que quiera cambiarlo todo. Es decir, caminos distintos. Un Chile distinto por cada voz, y en el fondo no podemos avanzar a largo plazo.
Si Kast quiere más seguridad y limpiar las calles de los delincuentes, deberá tener más cárceles. Una cárcel en Chile demora en ser construida entre 10 a 15 años, y si se apura un poco la cosa 7 años. El mejor ejemplo es la última construida en Chile: el Complejo en Talca partió el año 2017.
Una de las ideas de Jeannette Jara es una reforma al sistema de salud para avanzar hacia un modelo universal. ¿Se puede hacer esto en 4 años?
Matthei nos dice que creará 800 mil empleos, y para eso hará un plan de 2.520 millones de dólares en ahorro del gasto fiscal. ¿Se puede lograr aquello en 4 años?
No quiero dudar de las intenciones de José Antonio, de Jeannette Jara o de Evelyn Matthei, pero ninguno de ellos logrará conquistar sus ansiadas promesas si no es a largo plazo.
Uno de los Presidentes con mayores obras en los últimos 30 años fue sin duda Ricardo Lagos. Él cambió nuestro país con las concesiones de las carreteras, el mismo cambio que vivimos acá en nuestra región por ejemplo con el camino La Pólvora, tan resistido en su tiempo, Lagos eso si tuvo un periodo más largo en el poder, estuvo 6 años.
Hoy nuestro sistema presidencial no permite la reelección. Permitir al menos una reelección quizás permitiría una mayor continuidad y por ende lograr objetivos de más largo plazo para un país, independiente de la coalición política que nos gobierne. Podría generar mayor prolongación para no cambiarlo todo y partir de nuevo cada 4 años.
Pero mientras eso no suceda no podremos avanzar. Seguiremos atados, seguiremos amarrados como país como tan bien lo grafica la portada del Libro de Joaquín Lavín, Chile: Ahora es cuándo.
Por eso es tan relevante el concepto prospectiva. Esta palabra si analizamos su significado nos lleva al futuro. Es el conjunto de análisis y estudios realizados con el fin de explorar o de predecir el futuro de una determinada materia.
Nosotros todos los días aplicamos prospectiva en nuestras vidas. Es la manera de marcar una línea de acción. A nuestros 18 años tenemos prospectiva. Cuando se toma la decisión por ejemplo de elegir una carrera para estudiar, aplicamos prospectiva. Nos dibujamos estudiando una ingeniería 4 o 5 años, luego un post grado, más tarde hacer un emprendimiento o lograr un buen puesto de trabajo.
En las familias aplicamos prospectiva. Cuando elegimos a nuestra pareja dibujamos la vida, la planeamos. Con un hijo quizás, con dos, con tres o los más osados hasta con cuatro y más. Elaboramos un plan para llevar a cabo la familia. Podemos organizar nuestros días con los niños en el colegio, luego en la universidad, ordenamos nuestras finanzas, elegimos un seguro de vida, planificamos, nos ordenamos, exploramos distintos escenarios, hasta llegar a la vejez. Tenemos prospectiva en la familia, en la vida misma.
Pero ¿y Chile? Nuestro Estado, nuestro país, no tiene aquello.
Estamos en un mundo caracterizado por un constante cambio. Pero debemos tener la capacidad de anticiparnos. Hace años era impensado que los diarios de papel no se vendieran más en los kioscos. Que hoy ni siquiera se impriman en grandes cantidades y solo son un recuerdo romántico del ayer. Nadie osaba con pensar que en un teléfono íbamos a ser capaces de ver televisión, escuchar música, leer las noticias, compartirlas vía WhatsApp al instante, tener una video llamada o saber en tiempo real nuestra ubicación. Pero alguien se anticipó y hoy triunfó. Es solo ver a gigantes como Facebook, Google, Microsoft o el mismo Apple.
Es vital generar escenarios diversos del futuro. Personalmente lo llamo el plan A, el plan B y el C. Siempre tenemos que estar preparados para los peores escenarios. Si tenemos el peor escenario cubierto, tenemos la solución y podemos avanzar.
Un país también debe tener aquello. Debemos tener una prospectiva país, que nos permita adelantarnos y vernos en 10, 20 y 30 años más. ¿Cómo será nuestro país el 2050? ¿Cómo nos adelantarnos? ¿Hay alguien pensado en aquello?
Hace unos meses el Senador Francisco Chahuán me comenta de este concepto. Pude apreciar el notable trabajo de su libro Gobernanza Anticipatoria. La capacidad que como Estado podamos dibujar, diseñar, planificar una carta Gantt para nuestro futuro.
Chahuán me comentó: “yo quiero que este sea mi legado”. Nadie puede dudar de la capacidad de trabajo de nuestro Senador, pero además visualizar de la manera que él lo ha hecho de la máxima necesidad de adelantarnos es la base que necesitamos como país para dar el gran salto.
No será ni Kast, ni Jara, ni Matthei quien logre avanzar. Será Chile y una institucionalidad la que lo logre a largo plazo.
Joaquín Lavín lo dijo muy bien. Chahuán en este libro, que relata la importancia de esta gobernanza y la hoja de ruta, es la brújula que nuestro país debería seguir.
Pero la brújula sin un mapa no sirve de mucho. Hoy debemos saber vernos y no perder más oportunidades. Acá es donde tras leer el libro de Joaquín Lavín, "Chile: ahora es cuándo", encontramos la dupla perfecta.
¿Quién lo iba a decir después de 16 años de aquella verdadera batalla electoral entre Chahuán y Lavín?
Hoy es un regalo tenerlos juntos, aportando y mirando un Chile no desde la trinchera política, sino que desde la mirada de la experiencia, con la calma de sentarnos a pensar sin aspiraciones personales ni partidistas el futuro de una nación, de tener prospectiva.
Hoy Chile necesita de manera urgente retomar su crecimiento económico. Es cierto. Tenemos todo para hacerlo. Tenemos agua inagotable, para eso está nuestro mar. Tenemos capacidad energética infinita. Para eso está nuestro desierto. Tenemos las principales materias primas de la conectividad eléctrica: cobre y litio. Tenemos el acceso al mar donde se negocia con las grandes potencias del mundo, ahí nos espera el Océano Pacifico. Somos la salida natural por nuestros puertos de las exportaciones de Brasil, Argentina, Uruguay. Sin embargo, Perú nos lleva la delantera, nuestro Valparaíso dejo de ser el puerto principal y la Empresa Portuaria de Valparaíso hace años que perdió la brújula.
En la región de Valparaíso llevamos 30 años esperando el ansiado tren a la zona interior para que retorne a La Calera y que decir de llegar a Santiago, nadie ha sido capaz de cumplir el supuesto plan.
Como país no hemos sido capaces de adelantarnos a las catástrofes, todavía no sabemos reconstruir, miremos nuestras poblaciones de Viña del Mar y Quilpué y nos daremos cuenta que no sabemos planificar ni adelantarnos a nuestras propias necesidades.
Muchas personas cuando a una familia le va bien, cuando a una empresa le va bien o a una nación le va bien dicen que es suerte. Que suerte la tuya dicen… Pero el crecimiento de una familia, el éxito de una empresa, el fortalecimiento de una nación no es cosa de suerte.
La suerte es la capacidad de aprovechar las oportunidades que se presentan. Cuando escuchábamos que hablaban de Litio en el mundo ¿dónde estaba Chile?
La suerte no es más que el resultado de la suma de todas nuestras decisiones. La suerte no es más que el azar de encontrar oportunidades. La suerte es el cruce de la oportunidad con la preparación.
Los países, las sociedades, las empresas no crecen por suerte, crecen por planificación. Crecen y les va bien porque tienen prospectiva. Chile necesita una.
Hoy la Gobernanza Anticipatoria de Chahuán puede ser nuestra brújula, el mapa puede estar en las páginas del libro de Joaquín Lavín.
El diagnostico país lo tenemos todos, sabemos cual es. Sabemos perfectamente lo que necesitamos, ahora necesitamos poner en práctica el cómo lo vamos hacer.
Chile no va a recibir un golpe de suerte de la nada, como país debemos construirla. Este puede ser un pilar.
Lo invitamos a ver en nuestro canal de Youtube, lo que fue esta conversación este miércoles en el Congreso Nacional.
https://www.youtube.com/watch?v=mXIH3cFwQGk&ab_channel=PuranoticiaTV