
Durante mucho tiempo hemos discutido si se puede predecir o no un terremoto. Y la verdad que no se puede con exactitud, pero sí podemos hablar de probabilidades de ocurrencia. Son muchos los esfuerzos que se han realizado por parte de sismólogos, pero no se puede dar ni con el día exacto, ni con el lugar exacto.
Sin embargo, cuando se habla de probabilidades muchos se asustan y ven el hecho como una alarma, cuando en verdad debemos verlo como una alerta, sobre todo en nuestro país que somos una larga y angosta faja de tierra sísmica, que tiembla permanentemente, y en nuestra cultura estamos más acostumbrados a que eso ocurra.
Aroldo Maciel, brasileño conocido en nuestro país por sus apariciones en la televisión en el pasado, y hoy por sus redes sociales, cada cierto tiempo nos alerta justamente de nuevos movimientos. Muchos son detractores de él, otros reconocen más de alguna vez como no solo le ha acertado, sino que pone un tema sobre la mesa que en nuestro país debe ser primordial, como lo es la prevención.
No vamos a evitar que tiemble, pero sí al menos podemos tener la oportunidad para ponernos de acuerdo con el grupo familiar de enfrentar distintos escenarios. Dónde reunirnos tras un fuerte sismo, qué hacer si se cortan las comunicaciones, qué acto seguir si estamos en una zona costera, etc.
Maciel no hace diferencias en sus alertas sísmicas a lo que hace un tiempo por ejemplo nos dijo Sergio Barrientos, Director del Centro Sismológico Nacional, cuando cifró en un 60% las probabilidades que un terremoto de magnitud 8 o superior sacuda a Chile durante este 2025 o 2026.
Sabemos que cada cierto tiempo en algunas zonas debe liberarse energía, ese es un punto, pero por otro se habla de las llamadas migraciones sísmicas. Esta hipótesis presume el poder pronosticar movimientos sísmicos, incluyendo una aproximación de la magnitud y la zona donde se expresaría.
Por eso Maciel habla de que podría ocurrir un sismo entre los 7,6 y 8,4 grados durante esta semana en México, Nueva Guinea, Baja California o bien en el sur de Lima o el norte del país.
Mientras unos hablan de charlatanes, otros hablan de predictores, lo que está claro es que el tema está sobre la mesa. No sabremos con exactitud ni la hora ni el lugar, ni menos la magnitud, pero cuando suceda, debemos estar preparados, sobre todo teniendo en cuenta qué hacer y cómo contactarnos con nuestros seres queridos. Prevenir es la clave para quienes vivimos en un país sísmico.