
El transporte en la Región de Valparaíso sigue sin una cabeza al mando. Tras la salida de Benigno Retamal de la Seremi de Transportes, y ad portas de la más importante licitación de los últimos 20 años en la Región, no existe una voz de mando ni un líder que lleve adelante este tan relevante proceso.
Junto con ello es imperioso darnos cuenta que esta licitación tan prometida solo cambiará un tercio de la flota, solo el área entre Valparaíso, Viña del Mar, Concón, Villa Alemana y Quilpué, eso quiere decir que todas las demás comunas de la región deberán seguir esperando, o bien seguir llenándose de micros viejas, sin normativas claras, en el fondo, con un sistema privado de locomoción que prácticamente no se puede fiscalizar.
Las realidades de la zona de San Antonio por ejemplo son preocupantes. La ausencia de micros obliga a los habitantes a caminar extensos trayectos para llegar a su trabajo, a centros de salud o a establecimientos educacionales, o bien a desembolsar altas sumas de dinero en taxis, colectivos o servicios de aplicación. La denuncia realizada por el diputado Teao cuenta además que esta situación afecta con mayor fuerza a adultos mayores, trabajadores y familias de escasos recursos, quienes ven limitada su movilidad y deben enfrentar costos que muchas veces superan sus posibilidades.
A la falta de recorridos se suma la irregularidad en las frecuencias, un problema que, de acuerdo con los propios vecinos de las comunas de San Antonio, Cartagena, El Tabo, El Quisco, Algarrobo y Santo Domingo, se arrastra desde hace años sin una respuesta efectiva de las autoridades. Este sector por ejemplo no tiene una zona de exclusión, y el transporte no es subvencionado como sí sucede en el Gran Valparaíso.
Lo mismo sucede en Quillota. Acá si bien la frecuencia de buses desde el interior a la costa por ejemplo es mayor, esta no es suficiente, pero es el costo del pasaje aquí el problema. La distancia entre Viña del Mar y Quillota no supera los 35 kilómetros. Misma distancia por ejemplo de Concón a Curauma, pero el pasaje en el primer tramo triplica al segundo. La razón es simple: del interior a Viña del Mar no hay subvención, en cambio en Concón sí lo hay.
Tener pasajeros o ciudadanos clase A y B en una misma región no es hablar de igualdad, es clarmaente una desigualdad tremenda, pero que no se aborda. Por eso tanto Manuel Millones, candidato a diputado por el distrito 6, como Hotuiti Teao quien va a la relección por el distrito 7, han puesto sobre la mesa que deben existir nuevas zonas de exclusión, una que incluya a Quillota, La Calera, Nogales e Hijuelas además de La Cruz, segundo incluir a Limache en la zona del Gran Valparaíso, y tercero generar lo mismo en la provincia de San Antonio.
Junto con esto abrir procesos de licitación que garanticen no solo la renovación de la flota, sino que aseguren frecuencias y una tarifa más baja. La Región no solo es Valparaíso y Viña del Mar, y la crisis del transporte se vive con aún mayor fuerza cuando uno se interna en la región. Que hablar de lo que pasa por ejemplo en la comuna de La Ligua o en San Felipe. La realidad es aún peor.