
El discurso de unidad de Jeannette Jara se fue a piso. La centro izquierda no fue capaz de generar la unidad necesaria para ir en lista única. La teoría del empate con sus pares de la centro derecha se cumple a cabalidad. Ni derechas ni izquierdas son capaces de ponerse de acuerdo en una única opción parlamentaria.
¿Por qué pasa esto? Simple, los partidos políticos tienen sus propios intereses y estos pesan más que un trabajo en conjunto en pos de una gobernabilidad que debería garantizar un sector. Si no son capaces de ponerse de acuerdo en un par de cupos más o menos, ¿serán capaces de gobernar un país?
Son las dudas que a la opinión pública les debe llamar la atención. Hoy la polarización de la elección presidencial es preocupante. No se trata de la discusión de dos proyectos país, hoy nuevamente le damos más relevancia a la extrema derecha representada por José Antonio Kast y al cariz de militante “comunista” de Jeannette Jara.
¿No deberíamos estar hablando de crecimiento, empleo, seguridad? Son estos los temas que deben estar en la agenda y preguntarnos cuál de todas las cartas presidenciales nos puede garantizar aquello. ¿Qué sacamos por ejemplo si el próximo Presidente es Franco Parisi o Marco Enríquez-Ominami si no tendrán un parlamento que los ayude a gobernar? Lo relevante es tener en cuenta quien es capaz de hacer equipo, quien tiene la capacidad de liderazgo, quien es capaz de justamente sentarse en una mesa y construir acuerdos.
¿Será esta la oportunidad de Evelyn Matthei de subir en las encuestas? Cuando vemos que la candidata de Chile Vamos parece haber entendido que su competencia no es Kast ni tampoco Jara, sino más bien garantizar gobernabilidad y entregarle a la gente un plan que les garantice a Chile mayor crecimiento, esto dará empleo y por ende bajarán los índices de delincuencia, sin olvidarse de las medidas que en este ítem se deben aplicar.
Los dos extremos de esta campaña presidencial parecen que se olvidan de aquello. La oportunidad que tenía la centro izquierda de ir en una sola lista y quedarse con la mayoría del congreso, contra una derecha dividida, le garantizaba a su candidata poder gestionar mejores proyectos de ley justamente para conseguir aquel objetivo país.
Lo mismo pasa con José Antonio Kast y Republicanos. Nunca quiso ir a primarias. Jamás mostró una posibilidad de un pacto electoral. Apuesta justamente a que todos se pondrán tras de él porque sí, por el hecho que al frente tendrá una candidata comunista. Pero ¿no pasó eso hace 4 años atrás? Y ganó Boric, un joven con menos carisma que Jara, un ex parlamentario con menos trayectoria política que la ex ministra, con un frente amplista sin el bagaje de una histórica militante. ¿Por qué entonces ahora será distinto? ¿Porqué lo dicen las encuestas? No olvidemos que las encuestas también daban por ganador a Lavín sobre Sichel, y a Jadue sobre Boric, y el resultado ya es conocido.
Quien les garantice gobernabilidad a los chilenos con un programa de gobierno creíble, centrado, no en los extremos como se visualiza hoy, será el gran ganador de una carrera que hoy muestra que ni la extrema derecha ni la extrema izquierda demostró ser capaces de unir. La “Jaraneta” tuvo un corto circuito, el mismo que la derecha viene teniendo desde que no fueron ni siquiera capaces de hacer una primaria. Hoy la carrera está abierta. Quien garantice de mejor manera crecimiento, empleo y seguridad, y quien lo comunique de mejor manera, se quedará con el ansiado primer puesto, por ahora la palabra “unidad” nadie la podrá ocupar, no fueron capaces de llegar a ella.