48 horas pudimos ver en la Región de Valparaíso muy de cerca al Presidente de la República Gabriel Boric. Se le vio relajado, cercano, conversador, polémico y lanzando bromas, una de ellas al alcalde de Limache, a quien le dijo: "Por la pinta… 'este es frenteamplista'", y al propio diputado Andrés Longton también.
Boric estuvo en Limache, Quillota, La Ligua, San Felipe, Panquehue y San Esteban. Logró empatizar y compartir largamente con alcaldes y concejales, de todos los colores políticos, se dio el tiempo para criticar a los diputados por sus ausencias en el Congreso, y también aquel discurso que Chile se cae a pedazos.
Lo cierto es que el Presidente que está a pocos meses de dejar su cargo, y que vive una elección presidencial ad portas, está lejos de mantenerse en una segunda línea, es más, ha sido más protagonista que nunca de la contingencia política.
Más allá de la crítica de un eventual intervencionismo electoral, Boric ha logrado ser protagonista del debate. En plena cadena nacional cuando presentaba el Presupuesto 2026, pese a no nombrarlo, fue muy critico con el candidato del Partido Republicano José Antonio Kast.
Luego vino el episodio de la eliminación de la glosa republicana del mismo Presupuesto 2026. Claramente un gesto político que puede interpretarse como que el mandatario cree que el próximo gobierno será justamente de oposición.
No contento con aquello, volvió a apuntar a Kast sin nombrarlo cuando habló de los candidatos que quieren cortar los aportes sociales, habló también de los “bots” de derecha, y hasta salió en defensa de los funcionarios públicos apuntados como “parásitos” en una columna por uno de los ideólogos tras la carrera presidencial del Republicano.
Pero ¿estas intervenciones le hacen bien a Jeannette Jara? La verdad es que en el comando habría una sola voz. No. Intentan por todas las formas que el Presidente no intervenga, pero todo hace pensar que la máxima autoridad sabría o creería que es muy poca la posibilidad que su ex ministra llegue a reemplazarlo a La Moneda, y lo que él querría es justamente ser la gran figura de la oposición a un gobierno de derecha.
Otros creen que los puentes entre comando y Gobierno estarían cortados. Aunque no sería extraño que la razón sea que el Presidente buscaría retornar al poder el 2030. No es menor que, pese a que tiene una baja aprobación, esta es mucho más alta de la que obtuvieron muchos Presidentes en el pasado a meses de dejar el poder. Por otro lado, no es menor tampoco que se ha mantenido estable.
Lo que no está en duda es que hay Boric para rato. No solo seguirá interviniendo, sino que además espera capitalizar en estos últimos meses convertirse en el líder de la centro izquierda, y porqué no ¿pensar en la presidencial del 2030?