
La relación del poder político con la prensa siempre ha tenido un hilo muy delgado que las separa. También en el interior de la misma clase política existen dobles estándares de sus protagonistas: por un lado, ellos mismos son quienes filtran informaciones a la prensa sobre situaciones que afectan a sus pares y; por otro, como los senadores Pedro Araya (PPD), Luz Ebensperger (UDI), Paulina Núñez (RN), Luciano Cruz-Coke (Evópoli) y Alfonso de Urresti (PS), quienes instauran una Ley Mordaza para que justamente la prensa no informe de causas penales, sobre todo de casos reservados y de alta connotación pública que lleve la justicia, como por ejemplo lo son el caso Monsalve, el caso Sierra Bella o el mismo caso Audios.
En los medios de comunicación pasa exactamente lo mismo: no sólo hay doble estándar, sino que además se malentiende la cofradía entre ellos. Se cuidan los intereses de los medios entre sí. Qué hablar del duopolio eterno que existió en Chile entre Copesa y El Mercurio. Y decimos 'existió', porque hoy con la irrupción de medios digitales como el nuestro, hemos podido equiparar la cancha, aunque eso justamente moleste a la elite de medios que, cada cierto tiempo, comienza con descalificaciones como "oscuro sitio web", "pasquín" y "grisáceo", entre tantas otras que acostumbra a decir, por ejemplo, en sus columnas y editoriales el llamado "decano".
Hoy los medios de comunicación cuando filtran informaciones que están en carpetas judiciales o en investigaciones criminales, debemos priorizar qué es farándula y qué es noticia. ¿Eran relevantes los chats de Karol Cariola con Irací Hassler? ¿Cuál era la verdadera motivación del medio que dio a conocer esa noticia?
Lo mismo pasa con los chats de Luis Hermosilla. Casi siempre fue un sólo medio el que filtró prácticamente todo el teléfono del abogado. ¿De verdad no sospechamos quién era la fuente? Además, en aquellas filtraciones pudimos ver que, quizás muchas de esas conversaciones pareciera que eran una suerte de fanfarroneo de Hermosilla. De hecho, lo único interesante del caso Audio fue justamente el archivo grabado, el cual terminó con el lobista judicializado.
Poner una Ley Mordaza, como quieren implementar los senadores, puede impedir el buen desarrollo del periodismo en el país. Con una ley de ese tipo en Estados Unidos, por ejemplo, quizás nunca el Presidente Nixon habría renunciado. No olvidemos el icónico caso «Watergate» y la forma en que el Washington Post llevó adelante esa investigación, los obstáculos que tuvieron Bob Woodward y Carl Bernstein, quienes fueron los encargados de desenmascarar la trama que sacudió a la política de aquel país.
Pero la historia pudo ser distinta en aquel entonces. Fue el propio The New York Times que desestimó el caso «Watergate». Tal como reveló la BBC, en agosto de 1972, la oficina del The New York Times en Washington tuvo en sus manos toda la información que semanas más tardes publicaría el Washington Post... pero la dejó pasar. ¿Las razones de aquello? Nunca se sabrán con exactitud.
En nuestro país pasa lo mismo. Qué mejor caso que los abultados montos que la prensa de papel recibe de manos del Servel. En Radio Duna, los destacados periodistas Matías del Río, Consuelo Saavedra y Nicolás Vergara, hablaron del tema publicado por Puranoticia.cl. Las posturas fueron diferentes, pero se llegó a un solo consenso: los dineros del Servel están mal gastados en los diarios de papel. Pero también se habló de los “subsidios ocultos” que podrían estar recibiendo justamente estos medios. ¿Hablan de esto en la prensa de papel? Claro que no. Nunca van a reconocer que reciben un subsidio poco ético de parte del Gobierno de turno.
Hoy no necesitamos una Ley Mordaza. No necesitamos prohibición de informar. Los medios tradicionales tienen su propia mordaza que la ocupan inclusive gremialmente, agrupados en la Asociación Nacional de la Prensa o en el Colegio de Periodistas, donde son capaces de defender muchas veces causas loables, pero dejando pasar otros por esa malentendida cofradía entre sus pares.
La ética es lo que debería primar como verdadero filtro en los medios. Es lo que intentamos todos los días. Quizás dejaremos pasar una denuncia mañana, quizás seremos ignorados en alguna que levantemos, pero lo que sí intentaremos es siempre poner en el debate temas que la clase política pueda enfrentar sin miedo, sin dobles estándares, actuando conforme a lo que debiera ser su labor y entregando esa indebida protección que se busca instaurar en la malentendida relación entre la política y los medios de comunicación. Queremos políticos sin miedo a que existan medios que informen y queremos más medios que sean capaces de mirar objetivamente y con una visión técnica cómo funciona un país, cómo se gastan sus recursos y, sobretodo, tener la libertad de contar los hechos que son noticia, sin sesgos, sin temas tabú, sin dobles estándares y sin cofradías a quien responder.
(Imagen: Grupo Comunicar)