Michael Clark y Juan Tagle acusaron el actuar por parte de los involucrados en el lanzamiento de fuegos artificiales, bengalas y bombas de ruido hacia la cancha.
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Un gran encuentro se estaba celebrando en el estadio Ester Roa de Concepción entre Universidad de Chile y Universidad Católica. Lo que prometía ser un disputado clásico universitario. Sin embargo, a los 30 minutos del partido, delincuentes con vestimentas de la "U" comenzaron a lanzar bengalas y bombas de ruido, lo que provocó la suspensión del compromiso.
En la rueda de prensa tras la paralización del encuentro, Michael Clark, presidente de Azul Azul, se refirió a lo ocurrido diciendo que "la verdad estamos con la sensación de mucha rabia, de mucha pena (...) por la acción de unos pocos delincuentes, cobardes, encapuchados, que se tapan la cara para hacer daño, en teoría el club que ellos quieren y se ponen a tirar bengalas, que caen no solamente a los mismos jugadores nuestros, al cuerpo técnico".
“Esto que pasó hoy día es gravísimo, es de la mayor gravedad. Nosotros creemos que firmemente debe marcar un antes y un después”, enfatizó.
Por el otro lado, el presidente de Cruzados, Juan Tagle, señaló que "le imploro al Gobierno, a Carabineros, que nos sentemos y que tomemos una medida concreta, aunque sea temporal. Busquemos las modificaciones legales que se necesiten, si es que se requiere que el fútbol de alguna manera tenga que financiar esto, pero si no, con nuestras herramientas, con las herramientas que tienen los clubes, con guardias privados, no podemos poner freno a este grupo de delincuentes".
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