Rodrigo Rozas, presidente de la Cámara de Comercio y Turismo de Viña del Mar adelantó que se van a oponer a cualquier tipo de formalización del comercio ambulante porque afirmó que "sigue siendo una competencia desleal".
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Si bien, el comercio informal existe desde hace muchos años, lo concreto es que el estallido social y la posterior pandemia del Covid-19 hicieron que la presencia de vendedores ambulantes aumentara exponencialmente en las calles de las principales ciudades del país, y donde Viña del Mar no es la excepción.
Este hecho ha traído aparejado una serie de inconvenientes, que van desde el golpe al comercio formal que paga sus patentes y contribuciones, hasta el aumento de hechos de violencia y delincuencia relacionados a estos vendedores, muchos de los cuales comercializan productos falsificados y/o hasta robados.
Por ello, desde la Municipalidad de Viña del Mar, durante la administración de Virginia Reginato, se trabajó en la erradicación del comercio informal por medio de mayores fiscalizaciones y las consiguientes detenciones por parte de Carabineros hacia las personas que eran sorprendidas vendiendo en la calle.
Esta lógica, calificada como "una política de represión ineficaz" por parte de la alcaldesa Macarena Ripamonti, pretende ser cambiada por medio de una serie de acciones que está llevando a cabo el autodenominado Municipio de Cuidados, y que comenzó con un catastro de los comerciantes informales de la Ciudad Jardín.
Una vez concluido este proceso de contabilización de los vendedores ambulantes, la casa edilicia viñamarina dará inicio a una planificación que consta de dos etapas: en primer lugar, se busca darle prioridad al tránsito a la hora de ocupar el espacio público y; ayudar a las mujeres que venden informalmente en la calle, por medio de un espacio, con permisos y una política pública permanente.
De igual forma, el plan de Ripamonti contempla dar incentivo a la formalización de los comerciantes de Viña del Mar, con la Dirección de Desarrollo Económico que les ayude a escalar y a hacer un plan de ventas que finalmente los haga pensar en establecerse. Pero la iniciativa también busca ayudar al comercio formal, que acusa una competencia desleal con los ambulantes que se apoderaron de las calles.
Esta propuesta de la administración Ripamonti fue analizada en detalle por el presidente de la Cámara de Comercio y Turismo de Viña del Mar, Rodrigo Rozas, quien manifestó su molestia con el hecho de que se intente darle espacios a los vendedores ambulantes para regularizar su presencia en las calles.
"El comercio informal históricamente ha sido un tremendo flagelo, que en algunos sectores está relacionado con la delincuencia y el narcotráfico. Creo que formalizar a informales es una tremenda injusticia y una falta de respeto para la actividad formal, porque es imposible que una persona que vende los mismos productos que un local comercial, vende sin boleta, no tiene garantías para el consumidor, pero se le dé facilidades de igual manera que al comercio formal. Ahí claramente hay una competencia desleal", indicó el dirigente gremial.
Además, Rozas insistió en que "hoy la ocupación del bien nacional de uso público es para caminar, para la gente, para el mobiliario urbano, para compartirla con artistas, con actividades culturales, de música, deportivas... pero la verdad de las cosas es que no podemos formalizar el comercio ambulante".
Frente a esta medida, el titular de la Cámara de Comercio y Turismo de la Ciudad Jardín dijo que "hacer un incentivo es darles permiso, pero nunca ha sido formal. El hecho que tengan permiso no los vuelve formales, porque el formal paga tributos y mejora el bienestar de la sociedad con los subsidios que es capaz de entregar el Estado a las personas. Por ese lado, creo que hay un error de concepto. Estas personas que venden en la calle no generan valor, no generan empleo, normalmente son precarios porque están a la intemperie, hay gente mayor...".
Bajo este contexto, explicó que hay un 20% de comerciantes ambulantes que tienen que ver con vulnerabilidad. No obstante, afirmó que "el otro 80% son asociaciones ilícitas, y éstas se preparan para delinquir". Así es como detalló que en la calle hay violación de propiedad intelectual (venta de libros falsificados) e industrial (venta de grandes marcas como de zapatillas y vestimenta falsificada).
"Nosotros nos vamos a oponer a cualquier tipo de formalización de cualquier comercio ambulante porque para nosotros sigue siendo una competencia desleal. Por ejemplo, en la calle Valparaíso no se podría dar permiso a personas que venden en la calle porque eso debilitaría al comercio, a sus ventas y eventualmente generaría desempleo", agregó el dirigente gremial.
Pese a la molestia que ha generado el plan de Ripamonti, la Cámara de Comercio y Turismo adelantó que comenzará a trabajar de la mano con el Municipio para abordar este tema del comercio ambulante.
Al respecto, Rozas dijo que "esta semana vamos a empezar a trabajar con la Alcaldía respecto a cómo vamos a tratar a los ambulantes. Hoy se está viendo el tema de los que están violando la propiedad intelectual e industrial, que eso es un delito y lo toma el Ministerio Público y lo procesa; el resto son faltas. Y también ver la posibilidad de multar al que compra, que también lo está viendo la Alcaldía".
En medio de este trabajo, el titular del Comercio y el Turismo de Viña adelantó otro frente de problemas: "Hay ciertas cosas que son como el mundo al revés, porque se está pensando en cobrar a las terrazas, cuando éstas generan un promedio de tres trabajadores por turno. Tenemos 300 terrazas, que dan empleo a 900 personas y que se podrían ver perjudicadas por el tema de los cobros, porque con esto se va a desincentivar el uso de las terrazas. Pero ese es un trabajo que se está viendo con la Alcaldía, que no es algo totalmente decretado y que estamos trabajando".
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