Un equipo de científicos observaron las repercusiones del estado civil en los estilos de vida de la gente.
En Australia, un grupo de investigadores de la Universidad de Queensland liderado por la doctora Stephanie Schoeppe llegó a la conclusión que las personas solteras ingieren mayor cantidad de alcohol, consumen frecuentemente comida rápida y son más propensas a fumar que aquellas que viven en pareja debido a su alta vulnerabilidad a padecer estrés.
Por su parte, las personas emparejadas son más proclives al aumento de peso, incluso en su primer año de convivencia subieron en promedio entre 1.8 y 2.2 kilogramos. Esto ocurre porque suelen comer raciones más grandes y, en consecuencia, consumen mayor cantidad de calorías. Además, los gustos alimenticios de los maridos contribuyen a que las esposas ingieran más carnes y alimentos ricos en grasas.
Surge el descuido
La doctora Schoeppe considera que los solteros poseen mayor motivación para mantener su estado físico dado su interés en atraer a otras personas pero, luego que se emparejan, dejan a un lado su deseo de cuidarse porque sienten que su principal meta ya la han cumplido. Y en efecto, quienes tienen familia se ejercitan menos y dedican hasta 14 horas de la semana a ver la televisión.
Los resultados fueron obtenidos tras efectuar un análisis de datos sobre la salud y la condición familiar de 15 mil habitantes del estado de Queensland entre los años 2005 y 2014. La edad promedio de los participantes del estudio era de 52.9 años y el 74% convivía con su pareja, mientras que el 26% restante se encontraban solteros.