
La tendencia hacia espacios de trabajo más relajados y la incorporación del home office han impulsado el uso de calzado más cómodo y funcional.
Elegir el calzado adecuado para el trabajo es una decisión que va más allá de la estética. Las zapatillas casuales se han convertido en una opción popular para quienes buscan combinar comodidad y estilo durante su jornada laboral, especialmente en entornos donde la formalidad no es estricta pero sí se valora una apariencia cuidada.
Además, la tendencia hacia espacios de trabajo más relajados y la incorporación del home office han impulsado el uso de calzado más cómodo y funcional. Las zapatillas casuales, disponibles en una amplia variedad de diseños, materiales y colores, ofrecen alternativas ideales para quienes pasan muchas horas de pie o en movimiento.
En esta nota, te contamos cuáles son los modelos más recomendados y cómo elegir el par perfecto para ti.
Durante mucho tiempo, la idea de vestirse bien estuvo asociada al uso de zapatos elegantes, muchas veces rígidos, pesados o poco ergonómicos. En especial en ambientes más formales, se priorizaba la imagen por sobre la comodidad, lo que llevaba a jornadas largas con dolores en los pies, molestias en la postura y un desgaste físico innecesario.
Hoy esa lógica está cambiando: cada vez más personas buscan alternativas. El foco ahora está puesto en el bienestar y ver gente con zapatillas de trail running en el trabajo se ha vuelto mucho más frecuente. Las marcas lo saben y responden con modelos que combinan confort, estilo y funcionalidad.
Las zapatillas Adidas también han sabido posicionarse con diseños que lucen bien en una oficina informal pero garantizan una pisada firme y saludable. Esta tendencia no solo responde a una necesidad física, sino también a una mirada más integral sobre el vestir diario: sentirse bien también es verse bien.
Por eso, los nuevos modelos de zapatillas casuales no descuidan el diseño, ofreciendo líneas urbanas, colores neutros o detalles que elevan cualquier look de trabajo. El calzado ya no es un simple accesorio funcional: es una parte central del outfit y del bienestar general en el ámbito laboral.
El secreto para incorporar zapatillas casuales al vestuario de trabajo está en lograr un equilibrio entre informalidad y prolijidad. Para eso, es importante elegir modelos que tengan un diseño limpio, colores neutros o detalles sutiles que aportan estilo sin llamar demasiado la atención.
En cuanto a la ropa, las zapatillas casuales se llevan muy bien con pantalones tipo sastreros, jeans oscuros de corte recto o incluso faldas midi en el caso de estilos más formales.
La clave está en mantener una silueta ordenada y sumar prendas superiores que eleven el conjunto: una camisa, una blusa estructurada, un blazer o un sweater liviano pueden hacer que el outfit se vea más trabajado, aunque se parta desde un calzado más relajado.
Además, los accesorios juegan un rol importante a la hora de reforzar la imagen laboral: un bolso sobrio, una mochila de cuero o incluso un cinturón bien elegido pueden complementar el look y darle el toque final.
Incorporar zapatillas al ámbito de trabajo ya no es un gesto disruptivo; es una señal de que la moda y la funcionalidad pueden convivir perfectamente. Solo se trata de saber combinar y encontrar el estilo que mejor se adapte a cada entorno laboral.
Una de las transformaciones más interesantes en el mundo del calzado en los últimos años es el avance de una estética unisex, especialmente en el segmento de las zapatillas casuales. A medida que las fronteras entre lo “femenino” y lo “masculino” se vuelven más flexibles, muchas marcas apuestan por modelos pensados para todos los géneros, con diseños neutros, siluetas versátiles y una amplia variedad de talles.
Marcas como Adidas, Nike o Converse han sido pioneras en este enfoque, lanzando líneas donde el estilo está pensado para adaptarse a distintos cuerpos y expresiones sin necesidad de clasificar por género. Zapatillas clásicas como las Adidas Superstar o las Converse Chuck Taylor son ejemplos claros de este cruce: modelos icónicos que usan tanto hombres como mujeres, sin perder identidad ni comodidad.
Por otro lado, algunas marcas continúan desarrollando propuestas más segmentadas, como las zapatillas Azaleia, enfocadas mayormente en un público femenino, o las zapatillas trail running, que suelen presentar modelos diferenciados por género debido a sus características técnicas.
Sin embargo, en el ámbito de lo casual y urbano, el calzado unisex gana cada vez más espacio, reflejando nuevas formas de vestir, trabajar y habitar el día a día sin etiquetas rígidas.
Trabajar de pie durante varias horas al día exige un calzado que brinde soporte, amortiguación y comodidad constante. En este contexto, las zapatillas casuales pueden ser grandes aliadas si se eligen con criterio.
Los modelos con buena absorción de impacto, suelas acolchadas y diseño ergonómico ayudan a reducir la presión en las plantas de los pies, evitan dolores lumbares y favorecen una mejor postura corporal a lo largo de la jornada.
Para estos casos, es clave priorizar zapatillas con plantillas anatómicas, buena ventilación y materiales flexibles que se adapten al movimiento natural del pie. Muchas marcas incluyen tecnologías específicas en sus modelos para personas activas o en constante movimiento.
Las zapatillas con suela más ancha y base estable también son recomendables, ya que distribuyen mejor el peso corporal y reducen el cansancio en los tobillos y rodillas. Modelos de marcas como Adidas o Nike cuentan con líneas diseñadas justamente para quienes necesitan comodidad prolongada sin renunciar al estilo.
También existen opciones de calzado casual más técnico que, sin parecer deportivos, ofrecen el soporte necesario para quienes pasan largas horas caminando o atendiendo al público. En definitiva, elegir las zapatillas adecuadas puede marcar la diferencia entre terminar el día agotado o sentirse ligero y cómodo hasta el último minuto.
El auge de las zapatillas casuales en el ámbito laboral no es solo una tendencia pasajera, sino el reflejo de una transformación más profunda en la manera de vestir, trabajar y moverse. La comodidad, la salud postural y la funcionalidad ganaron terreno frente a la rigidez de los códigos tradicionales, sin dejar de lado la importancia del estilo personal.
Hoy, elegir un buen par de zapatillas para ir a trabajar es una forma de cuidar el cuerpo, pero también de expresarse y de adaptarse a nuevas dinámicas laborales. Este tipo de calzado se ajusta a múltiples realidades: es ideal para quienes pasan muchas horas de pie, para quienes valoran la estética sin sacrificar bienestar, y para quienes buscan opciones versátiles que funcionen tanto en la oficina como fuera de ella.
Además, la expansión de modelos unisex y el avance de diseños pensados para todos los géneros refuerzan una visión más abierta e igualitaria de la moda cotidiana. Ya sea en un entorno formal o creativo, las zapatillas casuales llegaron para quedarse.
Encontrar el modelo adecuado puede marcar un antes y un después en la rutina. Y, al fin y al cabo, cuando nos sentimos cómodos, nos movemos mejor, trabajamos mejor y nos mostramos al mundo con más seguridad y autenticidad.
PURANOTICIA