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Por qué los amantes de la buena comida no se pueden perder Valparaíso y sus delicias típicas

Por qué los amantes de la buena comida no se pueden perder Valparaíso y sus delicias típicas

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Lo que muchos aún no han descubierto es que esta ciudad portuaria también es un verdadero paraíso para los amantes de la buena mesa. Y quien la recorre con el paladar abierto, descubre que aquí, la cocina también es arte, memoria y mar.

Por qué los amantes de la buena comida no se pueden perder Valparaíso y sus delicias típicas
Martes 27 de mayo de 2025 16:59
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Cuando se habla de Valparaíso, inevitablemente vienen a la mente sus coloridos cerros, la bruma marina, los murales que puedes encontrar en cada esquina, y el alma bohemia que ha inspirado a poetas, músicos y soñadores. Pero lo que muchos aún no han descubierto es que esta ciudad portuaria también es un verdadero paraíso para los amantes de la buena mesa. Y quien la recorre con el paladar abierto, descubre que aquí, la cocina también es arte, memoria y mar.

Una identidad culinaria ligada al océano

La cercanía del puerto y la tradición pesquera de la ciudad han hecho que los sabores del mar sean el corazón de su gastronomía. La cocina porteña gira en torno a productos frescos, humildes en apariencia pero ricos en historia y sabor. El congrio se convierte en poesía en un buen caldillo, los choritos se abren al vapor con un toque de vino blanco, y los ceviches de reineta refrescan el alma en un día soleado frente a la costa.

Uno de los platos más representativos es la paila marina, una cazuela generosa y humeante repleta de mariscos frescos, donde cada cucharada es una inmersión en el Pacífico. Otro imperdible es el caldillo de congrio, inmortalizado por Pablo Neruda, que es delicioso y un símbolo cultural de la ciudad.

Cocinerías, picadas y restaurantes con historia

Valparaíso no necesita de manteles largos para enamorar al paladar. Las verdaderas joyas se encuentran muchas veces escondidas en sus cerros, en fondas familiares o cocinerías del mercado, donde la tradición se transmite de generación en generación. En estos lugares, el sabor está en la calidez del servicio, en los muros empapelados con fotografías de antaño y en las recetas que no se leen en una carta, sino que se recitan con cariño desde la cocina.

No hay que perderse un recorrido por el Mercado Cardonal, donde los mariscos llegan frescos al alba y las cocinerías ofrecen platos caseros a precios justos. Aquí el sabor es honesto, sin pretensiones, pero cargado de identidad. Y si el visitante se aventura más arriba, en el Cerro Concepción o el Cerro Alegre, encontrará restaurantes que reinterpretan la cocina local con un enfoque gourmet, sin perder de vista sus raíces.

Viña del Mar, una parada obligada para foodies

A solo unos minutos de Valparaíso se encuentra Viña del Mar, conocida como la Ciudad Jardín. Aunque es famosa por su festival de música y su atractivo balneario, también merece un lugar en la ruta gastronómica de los visitantes.

En Viña del Mar, particularmente en la zona donde se encuentra el Casino de Viña del Mar, hay una variada oferta de restaurantes que vale la pena explorar. Desde alta cocina internacional hasta reinterpretaciones modernas de platos típicos chilenos, este sector ofrece experiencias culinarias a la altura de los paladares más exigentes. Y para quienes buscan algo más que una cena, el ambiente se completa con espectáculos, música en vivo y la posibilidad de jugar a varios juegos de casino en vivo, convirtiendo la noche en una experiencia completa de ocio y sabor.

Sabores con memoria y mestizaje

La cocina de Valparaíso también habla de mestizaje. Aquí confluyen influencias mapuche, españolas, italianas, alemanas e incluso árabes. Esta mezcla cultural ha dado lugar a platos que son reflejo de la diversidad del puerto.

No es raro encontrar en Valparaíso pan amasado servido con pebre junto a un estofado de carne con toques europeos. O empanadas fritas rellenas de mariscos en puestos callejeros, que compiten en sabor con los más lujosos platos de autor. Cada bocado encierra una historia, una migración, una fusión.

Dulces que también cuentan historias

No todo es salado en el puerto. Valparaíso también conquista por el lado dulce. Las tradicionales tortas de mil hojas, los alfajores rellenos con manjar, o los dulces chilenitos son parte del patrimonio repostero de la ciudad. En las pastelerías más antiguas del centro se respira el aroma del tiempo, donde cada receta guarda el secreto de abuelas y abuelos que convirtieron el azúcar en legado.

Y para quienes quieran cerrar su recorrido con un café con vista al mar, hay múltiples cafés boutique en los cerros que combinan repostería artesanal, vista panorámica y ese espíritu porteño que lo impregna todo.

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