En cuestión de colores, este año Chile apuesta por los tonos tierra, que transmiten calidez y un aire cercano. También destacan los azules y verdes oscuros, más elegantes y sobrios, perfectos para equilibrar esos tonos naturales.
Chile está viviendo una revolución sutil en su forma de vestir. Ahora, la gente se viste para expresar quién es, qué siente y cómo quiere ser percibida. Desde los colores que se eligen hasta los cortes de los blazers, todo tiene intención. Ya sea en Santiago, Valparaíso o Concepción, la moda busca transmitir carácter, elegancia y un toque de autenticidad.
Además, para salir por la noche a un casino o a un local sofisticado, la vestimenta deja de ser algo meramente estético para convertirse en una forma de presentarse al mundo. Lo que llevas dice mucho de ti. Salir a divertirse puede ser casi un acto de estilo. Hasta los populares game shows en Chile han tenido su pequeña influencia, mostrando cómo las prendas elegantes y los looks atrevidos se cuelan en la vida cotidiana y marcan tendencia.
En cuestión de colores, este año Chile apuesta por los tonos tierra, que transmiten calidez y un aire cercano. También destacan los azules y verdes oscuros, más elegantes y sobrios, perfectos para equilibrar esos tonos naturales.
En cuanto a tejidos, las texturas ligeras, las transparencias sutiles y los detalles artesanales están a la orden del día. Las prendas con tejidos suaves o con bordados finos son las protagonistas. Una blusa translúcida sobre una camiseta de seda, o una falda con algún detalle artesanal, puede transformar un look sencillo en algo sofisticado y especial.
Para la vestimenta formal de noche, esta gama cromática permite combinar elegancia y personalidad. Un traje de pantalón en tono camel con camisa azul petróleo, o un vestido verde con accesorios dorados, son opciones modernas.
Dentro del panorama chileno hay varias corrientes que están marcando estilo. Una de las más potentes es la llamada Old Money, inspirada en la elegancia clásica de toda la vida con blazers bien cortados, camisas de seda, pantalones de vestir, mocasines… Una estética refinada pero nada ostentosa, ideal para salidas nocturnas con cierto aire de sofisticación, como una noche de casino o una cena elegante.
Por otro lado, tenemos el resurgir del estilo Y2K, inspirado en los primeros años 2000 con pantalones de tiro bajo, tops cortos y chaquetas ligeras que mezclan lo informal con lo chic. La gracia está en combinar lo relajado con lo estructurado, dando lugar a conjuntos atrevidos pero con un toque de clase.
Tampoco podemos dejar fuera el estilo boho refinado, que combina tejidos fluidos, siluetas amplias y detalles artesanales. Es perfecto para quienes quieren un look cómodo pero con encanto. Por ejemplo, una falda larga con un blazer y accesorios hechos a mano es una combinación que se adapta perfectamente a una noche de copas o a una velada sofisticada.
Salir por la noche en Chile exige cierto nivel de estilo. En Chile, los casinos y los locales elegantes invitan a vestirse bien, pero sin pasarse.
Para las mujeres, un vestido midi en tonos neutros o un conjunto de pantalón sastre y top de seda puede ser una buena opción. Los tacones medios y un bolso pequeño con textura o detalles metálicos completan el look. En el caso de los hombres, un blazer algo más relajado, una camisa sin corbata y unos zapatos tipo loafers dan ese aire de elegancia natural sin parecer forzada.
Los detalles son esenciales… Un pañuelo de seda, unos pendientes discretos o un reloj con personalidad son clave. Lo importante es que la ropa acompañe la actitud, no que la eclipse. Ya no se trata de ir rígido de pies a cabeza; se trata de verse bien y sentirse cómodo.
Además, las prendas más ligeras y los cortes más flexibles se imponen frente a los trajes estructurados de antaño. En una noche larga la comodidad es tan importante como la estética.
Chile, como cualquier otro país, recoge las tendencias internacionales, pero las adapta a su propio ritmo y cultura.
PURANOTICIA