Funcionarios de empresas que botan la basura en el vertedero ubicado en el cerro Playa Ancha aseguran que los recicladores informales hacen y deshacen en el lugar, ocasionando robos, asaltos, peleas, apuñalamiento y una serie de hechos que los tiene aterrorizados.
visitas
Cuando en octubre de 2021, el Concejo Municipal aprobó extender en tres años el contrato con la empresa Veolia para administrar y gestionar el relleno sanitario El Molle, ubicado en la parte alta del cerro Playa Ancha, el Municipio de Valparaíso destacó los aspectos más positivos del acuerdo: $3.000 millones de aporte económico para la comuna y una considerable mejora al estándar ambiental.
Pero lo que nadie mencionó en aquel momento en que por ocho votos contra dos se aprobó la extensión del contrato, fue que los graves problemas de seguridad que afectaban tanto a los trabajadores del recinto como a los conductores de camión que acuden a depositar la basura, estaban aumentando como si fuera espuma.
Camioneros golpeados, asaltados, algunos apuñalados, además de riñas, drogadicción, fogatas a toda hora y el siempre latente peligro de incendios forestales son algunos de los problemas que se registraban y se siguen registrando en el lugar, el cual es considerado por quienes trabajan ahí como una "tierra de nadie".
En medio de una serie de cuestionamientos, principalmente de carácter medioambiental, el Concejo Municipal de Valparaíso acordó el 1 de octubre de 2021 extender por un máximo de 36 meses el contrato con la empresa Veolia para que gestionaran y administraran el relleno sanitario El Molle, lugar donde va a dar la basura domiciliaria de 12 comunas de la región de Valparaíso, incluida por cierto la Ciudad Puerto.
Las dudas se generaban básicamente por el peligro de contaminación existente, producido por la polución de las napas subterráneas con líquidos percolados provenientes del relleno sanitario, situación que fue advertida tanto por la Seremi de Salud como por la Brigada de Medio Ambiente de la PDI.
Así fue como uno de los principales puntos acordados entre la empresa y la casa edilicia que administra el alcalde Jorge Sharp decía relación con incrementar el estándar medioambiental, donde el Municipio porteño pasaría a controlar, fiscalizar y colaborar, para que el Plan de Cumplimiento y la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) se ejecuten íntegramente.
Los otros cuatro puntos del acuerdo hacían referencia a mayores ingresos para la Municipalidad; participar en actividades como en la generación de energía producida por planta de biogás y bonos de carbono; no pagar por disponer la basura en El Molle; y mayores beneficios económicos para la Ciudad Puerto, lo que fue avaluado en más de $3.000 millones por parte de la entidad comunal.
Como se ve, el acuerdo entre Veolia y el Municipio porteño en ningún momento habla de reforzar la seguridad en el relleno sanitario El Molle, el cual por aquel entonces ya reportaba una serie de hechos de delincuencia y violencia en su interior.
Pasaron los meses y los reportes relacionados a asaltos, amagos de incendio y otros hechos de similares características comenzaban a repetirse, afectando en su gran mayoría a quienes trabajan en torno a la basura de 12 comunas de la región.
Bajo este contexto, Puranoticia.cl conoció la experiencia que viven los conductores de camiones de las diferentes empresas que acuden a cumplir sus labores hasta el vertedero ubicado frente al Complejo Penitenciario de Valparaíso.
Juan, camionero de una de las empresas que acude a El Molle, contó a este medio que los problemas de seguridad comienzan una vez que hacen ingreso al terreno, donde luego de algunos metros son interceptados por personas dedicadas a la recolección de residuos –conocidos como «los gatos»–, quienes sin autorización se suben a los camiones a hurguetear entre la basura en busca de algo que les sirva.
"Nosotros venimos con residuos de diferentes empresas, de distintos lugares, con diferentes residuos, los que son vendidos por «los gatos» que trabajan acá, que es esta gente que recicla cosas de la basura para poder venderlas. Ellos, en su mayoría, tienen antecedentes penales, es gente que nunca ha encontrado trabajo, gente que lleva años subiéndose a los camiones, que se encaraman en las bateas o tolvas y comienzan a sacar cosas que les sirven, como latas o cartones", comentó Juan, quien no quiso entregar más detalles de su identidad por miedo a que lo reconozcan.
La acción de estos sujetos –muchos de los cuales incluso residen en el lugar– continúa a bordo de los camiones hasta que llegan a la cancha, lugar donde se deposita la basura. Es allí donde los recicladores informales descienden, algunos con serios golpes producto del movimiento del camión, y se llevan la "mercancía" extraída de las máquinas, siendo los "productos" más apetecidos todo lo relacionado a chatarra y cobre, que terminan comercializando.
"Esto ha generado muchos accidentes porque si uno de estos gatos se cae, la culpa es de uno, de nadie más. Como es tierra de nadie, ellos tienen sus propias normas. Entonces ha habido accidentes, pero también hay peleas entre ellos, se han apuñalado. Hay gente que no puede bajar a la cancha porque tiene miedo a que los apuñalen o baleen. Abajo están todos armados", agregó Juan.
El consumo de alcohol y drogas es frecuente en el sector, aseguran los camioneros, situación que atribuyen a los cambios de ánimo por parte de los "gatos", quienes a veces sólo se concentran en extraer lo que necesitan de la basura, mientras que otras veces, quizás por el efecto de dichas sustancias, han asaltado y robado especies personales de los trabajadores.
Juan contó también que "estos tipos nos tienen amedrentados constantemente. Nos amenazan. Cuando la basura que llevamos es muy buena para ellos, como chatarra, nos paran y hacen que abras la tolva. Ellos vienen en camioneta porque también están equipados, nos hacen botar la carga y ellos se llevan lo que necesitan. Esta es una mafia, es tierra de nadie, es un mundo aparte que nadie conoce".
De hecho, este lunes 16 de mayo se registró uno de los hechos más graves al interior del relleno sanitario El Molle: el conductor de un camión fue abordado por «los gatos» cuando se encontraban en la cancha. El trabajador tenía su tolva abierta para extraer la basura, cuando al momento de cerrarse golpea a uno de estos sujetos, lastimándolo seriamente. "Terminaron linchándolo ahí mismo", dijo Juan.
Además, Juan aporta un dato para hacerse una imagen mental de la realidad que enfrentan diariamente los trabajadores que llegan al vertedero, principalmente en turnos de noche: "Es como llegar a las puertas del infierno", dice, en relación a la ocupación de la cancha, con fogatas por todas partes para soportar el frío. Y añade que "parece el infierno, con gente caminando como zombies".
Con tres años de funciones en una empresa que deposita la basura en El Molle, Juan explicó que tuvo que diseñar una especie de estrategia para poder subsistir sin mayores complicaciones en su trabajo.
"Yo opté por tratar de hacerme amigo de algunos de «los gatos». Yo llevo casi 3 años en la empresa y opté por eso, que me conozcan, pero al principio tuve muchos problemas", relató en conversación con Puranoticia.cl.
De igual forma, sostuvo que cuando comenzó a trabajar en el lugar pensó en renunciar varias veces porque "acá no hay ninguna norma de seguridad". No obstante, pasaron los años y dijo que "ya pagué el noviciado", por lo que ahora ya lo conocen y hasta le piden favores como pequeños traslados al interior del mismo relleno, situación a la que suele acceder a modo de "paleteada".
Finalmente expuso que "yo soy un poco más conocido y no he tenido tantos problemas, aunque igual me insultan y garabatean. Me dicen que me apure y todo eso. Uno tiene que ser fuerte, como se dice: uno tiene que ser bien machito para trabajar aquí".
Es tal el poder que tienen «los gatos» al interior de El Molle que incluso desde una empresa que opera en el lugar confirmaron a Puranoticia.cl que durante la semana pasada se tomaron por dos días el terreno.
Una ejecutiva, que también prefirió reservar su identidad, explicó que estos recicladores informales son cerca de 50 personas, "tuvieron dos días el vertedero tomado, lo que generó todo un atraso con los clientes".
Además, afirmó que todos estos antecedentes han sido denunciados al Municipio de Valparaíso, al Gobierno Regional, pero "no se hacen cargo; al igual que Carabineros, de quienes dijo que "van al lugar, esta gente desaparece, pero luego se van y esta gente regresa".
"Esto es un submundo, entre que están drogados y curados. El otro día le llegó un punzón a un pioneta, entonces es una cosa increíble", agregó la ejecutiva.
Por último, se refirió al linchamiento que sufrió un camionero este lunes: "El chofer pasó a llevar con la tolva a otra persona, se subió por la otra puerta y lo agarró a combos y con un punzón. Hoy renunció diciendo que no puede trabajar así".
La inseguridad en la que trabajan las personas en el relleno sanitario El Molle los mantiene completamente aterrorizados. Muestra de ello son las renuncias que se han materializado por no querer volver a ese lugar que Juan calificó como "un infierno". Ahora la pelota la tienen las autoridades, a quienes exigen que protejan a los trabajadores, considerando que el servicio que brindan involucra a toda la comunidad.
PURANOTICIA
