Estudiantes y apoderados piden hace semanas ayuda para tener un lugar con mínimas condiciones sanitarias y de espacio para practicar las distintas artes que imparten, pero las soluciones aún no llegan pese a que hace varias semanas comenzaron las clases.
Un complejo momento atraviesa el Conservatorio Municipal Izidor Handler, de Viña del Mar. Hace varias semanas sus alumnos y apoderados han pedido ayuda a la Municipalidad para tener un mejor lugar para practicar sus artes, pero pese a que se les ha prometido un sinfín de soluciones, aún no pueden concretar un lugar seguro para ensayar lo que ha provocado una verdadera alerta en el mundo de la cultura de la ciudad jardín.
La escuela de artes lleva más de 80 años siendo semillero de talentos viñamarinos, dictando clases como Canto Lírico, Piano Clásico, Trompeta y Trombón, Flauta Traversa, Percusión, Clarinete y Saxofón, Danza Clásica Infantil, Danza Clásica, Danza Contemporánea, Corno Francés, Violín y Viola, Violoncello y Fagot, entre otros. Sus clases se realizaban en una casona de calle Álvarez, en Chorrillos, pero hoy viven una difícil situación por el cambio de sede tras el fin del contrato ocurrido en diciembre, tanto por las condiciones en que se están desarrollando las cátedras como por la ausencia de un lugar donde funcionar que sea estable, seguro, limpio y acorde a las necesidades de cada disciplina pese a que las clases comenzaron hace varias semanas.
Por ello enviaron una carta a todo el Concejo Municipal, la que fue comunicada a la alcaldía en una de las sesiones pasadas por el concejal René Lues. Entre los temas que complican al conservatorio, de acuerdo a la misiva enviada, están las condiciones de la sede, pues señalan que “las cátedras de Danza Clásica y Danza Contemporánea han presentado diversos problemas por la falta de condiciones en el salón, entre los que destacan filtraciones de agua, piso de cerámica con linóleo, los espejos no llegan hasta el piso, falta de iluminación, poca ventilación, no hay equipo de música, falta de biombo para ocupar como camarín y la poca privacidad que se presenta por no tener cortinas, no cubre vidrios hacia el exterior. Tampoco cuenta con condiciones aceptables ya que los salones no son debidamente aseados ni tampoco se provee de los materiales para hacerlo por cuenta propia”.
Añaden que “la sala del Teatro Municipal que se nos ha asignado se entregó sucia, sin mobiliario y con dificultades de acceso, lo que presenta una clara falta de cuidado en el espacio”, además de mencionar que “el lugar en que se desarrollan las clases de Teoría y Apreciación Musical no cuenta con el piano con el que siempre ha contado el docente, además de no tener un escritorio para tomar apuntes de manera cómoda y digna de las y los estudiantes. La realización de clases en el bar del Hotel O’Higgins no es un espacio apto para el desarrollo de las cátedras teórico-prácticas, ya que su función principal no está orientada hacia la enseñanza y no cuenta con las necesidades básicas para eso”.
Los estudiantes y apoderados del conservatorio además cuentan que si bien siempre han estado comprometidos y lo seguirán haciendo con la difusión de actividades artísticas de calidad cuando sean requeridos, “la retribución de la comunidad en trabajo cultural también estaba motivada por representar un lugar que significaba un espacio de cobijo y cuidado para todas y todos quienes pertenecemos a ella. Siempre hemos contado con un espacio de descanso al llegar, seguridad para estar y ayuda para estudiar. La nueva configuración de la institución ha destruido el sentido que solía tener”.
Entre otras situaciones, reclaman que han vivido situaciones desagradables o peligrosas por la espera fuera del Teatro Municipal y la demora en que les abran la puerta, además de mencionar la falta de una orquesta y lamentar que “la ciudad ha perdido la posibilidad de contar con su propia agrupación”.
Con todo, concluyen diciendo que sienten “decepción, enfado y malestar” como comunidad por estas situaciones, y esperan una pronta solución.
Al respecto, el edil Lues tras presentar el caso en el Concejo Municipal, envió una carta a la alcaldesa Ripamonti pidiendo la conformación de una mesa de trabajo “conformada por el director de Cultura y la encargada del Conservatorio, representantes de los alumnos y apoderados, la administración municipal y concejales, con el fin de abordar los diferentes planteamientos y requerimientos planteados por los alumnos, quienes se manifiestan plenamente disponibles para colaborar en lo que sea necesario para lograr las mejoras significativas e imprescindibles que requiere la institución”.
Posteriormente se realizaron algunas conversaciones entre la administración y el conservatorio para ir buscando soluciones, pero éstas no satisficieron a los estudiantes y apoderados, pues dicen que de todo lo comprometido sólo les cumplieron con la entrega de balones de gas.
De hecho, desde la Cátedra de Danza Moderna del Conservatorio enviaron una segunda carta, señalando que “el día jueves 30 de mayo tuvimos una reunión entre un grupo de estudiantes del Conservatorio, Director de Cultura, Secretario de Cultura y Representante de Alcaldía; instancia donde conversamos distintas ideas, para dar soluciones a las actuales problemáticas que se están presentando en el espacio y que están afectando directamente a docentes y estudiantes del Conservatorio; entre lesiones, resfríos, contagios (aseo), agravamientos respiratorios (humedad), dificultad para pasar los contenidos de aprendizaje, constantes interrupciones, entre muchas otras problemáticas. Ese día jueves dialogamos acerca de las necesidades que exigían una prioridad de atender y plazos concretos. Desde el Departamento de Cultura se asumió el compromiso de otorgarnos el salón Blanco Encalada, lo que ayudaría a dar solución a gran parte de los requisitos solicitados; con un plazo establecido para el día lunes 10 de junio, debido que durante esa semana debían retirar algunas cosas del lugar”.
El compromiso también asumía, añadieron, que “dentro de esa misma semana se gestionarían los balones de gas para las salas y el aseo para estas mismas, así evitar más complicaciones de salud durante la espera. Dentro de todos los compromisos asumidos para la semana, lo único que realmente sucedió fue la gestión de los balones de gas, el aseo sigue sin hacerse en el lugar (desde el día 29 de abril) y la única respuesta que obtenemos es que "el personal de aseo del hotel no trabaja para el conservatorio" y que "el conservatorio no cuenta con personal de aseo"; es preocupante la gran humedad del lugar, al ver cómo se evaporan tremendas pozas y los cuerpos las absorben”.
Respecto al traslado de espacio, recién el día lunes 10 de junio fueron informados de que “aún no podremos irnos al salón Blanco Encalada, porque "tienen que desocupar el salón" y nuevamente nos solicitan esperar "una semana más", hasta el día lunes 17 de junio. Nos parece realmente mucho tiempo esperar una semana más, considerando que ya estamos a mitad de año y son situaciones que se debieron atender con anterioridad, además de insistir en las repercusiones corporales que esto está teniendo, es por ello que decidimos suspender las clases hasta estar en un lugar que no atente con nuestra integridad; todo lo anterior, en espera de las soluciones prometidas desde el año anterior. Esta situación se ha extendido por meses; estamos desde el día 29 de abril (día que entramos a clases) esperando un espacio para realizar nuestro quehacer y la espera cada vez agrava más la situación”.
Añaden: “Creemos realmente preocupante las condiciones en las que nos encontramos y la poca seriedad ante los compromisos asumidos”, y ofrecen su ayuda para realizar parte de los trabajos para acondicionar los espacios para ellos.
PURANOTICIA