Claudio Figueroa contactó a la joven de 20 años para comprarle droga, por lo que se reunieron en su casa. Sin embargo, tuvieron un conflicto, que generó una discusión y la brutal acción por parte del imputado, quien quedó en prisión preventiva por al menos 180 días.
En prisión preventiva quedó Claudio Figueroa Figueroa, el imputado que se encuentra confeso del femicidio de Michelle Silva Gutiérrez, joven de 20 años que se encuentra desaparecida desde la madrugada del sábado 6 de enero en San Felipe.
Fue justamente durante su audiencia de formalización en que el Ministerio Público, a través de la fiscal regional de Valparaíso, Claudia Perivancich, dio cuenta de los antecedentes con los que cuentan en esta causa contra el presunto criminal.
Pero antes de pasar a detallarlos, vale recordar que la joven asistió junto a unos amigos a una fiesta, de la cual se retiró a eso de las 3:00 horas del sábado 6 de enero a través de un vehículo de aplicación, el que la dejó en la intersección de calles Maipú con Chacabuco. Desde allí habría tomado un taxi en dirección desconocida.
Es justamente este el momento en que se pierde todo rastro de Michelle.
Al día siguiente, el domingo 7 de enero, su madre presenta una denuncia por presunta desgracia ante Carabineros; no obstante, el Ministerio Público recién derivó el caso el jueves 11 a la Policía de Investigaciones (PDI), que dio inicio al operativo de búsqueda.
Dos semanas después, y con la presión del caso en todos los medios de comunicación, Claudio Figueroa Figueroa decide entregarse ante la PDI, confesándole a los detectives que él fue quien asesinó y se deshizo del cuerpo de Michelle Silva en San Felipe. De igual forma, reveló el punto exacto donde arrojó el cadáver y sus pertenencias.
Es en este preciso lugar, a metros del puente El Rey de San Felipe, donde se han centrado las labores de búsqueda, incluso con maquinaria pesada que ha reconducido las aguas del río Aconcagua, con el objetivo de facilitar los trabajos, los que lamentablemente siguen siendo infructuosos respecto al paradero del cuerpo.
Fue a eso de las 11:20 horas cuando en el Juzgado de Garantía de San Felipe se dio inicio a la audiencia de formalización de Claudio Figueroa, quien se conectó vía telemática a la instancia pues se encuentra recluido en el Complejo Penitenciario de Valparaíso.
En la previa, la madre del imputado lo calificó como un hombre drogadicto, violento y callejero, además de confirmar que registra una serie de antecedentes, incluidas dos condenas por abuso sexual, los años 2010 y 2021. A ello suma otros registros por porte ilegal de arma blanca, hurto y maltrato a Carabineros, entre otros delitos.
Luego, la fiscal Claudia Perivancich presentó el relato de los hechos, en base a la confesión entregada por el mismo sujeto a la Policía de Investigaciones.
En primer lugar, la fiscal regional reveló que Figueroa contactó a Michelle a través de la aplicación Grindr con el objetivo de comprarle droga, específicamente "psicotrópicos", por lo que comenzaron a hablar para ponerse de acuerdo y juntarse.
Dicha cita se efectuó en la intersección de calles Maipú con San Martín, en San Felipe, donde el imputado confesó que la vio bajar de un auto, pero que él decidió no salir aunque escuchaba perfectamente cómo ella lo llamaba a los gritos. Momento seguido, la joven lo llama por teléfono, pero éste lo dejó en modo «Avión».
Pese a esta extraña decisión, a los minutos el imputado la llama y acuerdan juntarse afuera de su casa, en la calle Maipú. "Vestía una chaqueta de mezclilla negra, shorts de mezclilla también de color negro y zapatillas blancas. Andaba con una cartera rosado claro, con cadena metálica dorada y una bolsa de papel", dijo la Fiscal Regional de Valparaíso, dando cuenta del relato del acusado.
En la entrada de su casa conversaron unos segundos acerca de la droga, hasta que la joven le pide permiso para entrar y hacer la transacción al interior. "Fuimos a una de las piezas del patio que mi mamá tiene para arriendo", dijo el sujeto en su confesión.
Fue en este pequeño lugar, que consta de una cama, un velador y un televisor, donde Michelle Silva le muestra la droga a Claudio Figueroa. Se trataba de Clonazepam, sustancia que no fue la que encargó el sujeto, según citó la fiscal Perivancich.
Tras esto, el hombre fue al baño y al regresar se percató que tanto su teléfono celular como su dinero se encontraba en la cartera de Michelle: "Le pedí que me las devolviera, pero no me hizo caso, y fue ahí que me descontrolé...".
Así es como tomó un cordón de zapato que se encontraba al interior del cajón del velador, se acercó a la joven de 20 años por la espalda y comenzó a asfixiarla hasta provocarle la muerte. Al detectar que la víctima ya no respiraba, decidió desnudarla, doblarle las piernas y los brazos, e introducirla en una bolsa de plástico.
Ya por la mañana de aquel sábado 6 de enero, el sujeto se acercó al río Aconcagua para lanzar a sus aguas el celular de Michelle, así como también su cartera y ropa.
El cuerpo, en tanto, se mantuvo en la casa hasta el domingo 7 de enero, cuando a eso de las 6:00 horas de la madrugada intentó llevarla en bicicleta al río. Pero como no pudo materializar esta acción, la dejó en la calle y fue a buscar un carro de supermercado que solía utilizar para vender agua mineral en la vía pública.
Ya con este implemento llegó al río Aconcagua, a la altura del puente El Rey, donde la depositó en el lecho, no sin antes poner en la bolsa una serie de piedras. Así fue como lanzó el cuerpo ya sin vida de Michelle, continuando la misma acción con el carro.
Figueroa expuso, en voz de la Fiscal Regional de Valparaíso, que "los días siguientes ni siquiera tenía ganas de hacer cosas. Lo único que hice fue el día domingo con mi familia ir a la piscina. Por eso he tenido que quedarme solo y me estaba psicoseando con lo que había hecho. Incluso después comencé a ver publicaciones de la desaparición de la niña que yo había matado y más me perseguí".
También contó que el martes 16 de enero, su madre le comentó que la Policía había ido a su casa y que lo andaban buscando por la desaparición de Michelle. Por este motivo decidió irse algunos días a Santiago, pero "al pasar unos días pensé bien las cosas y decidí entregarme para contar lo que había pasado".
Cabe recordar que tras escuchar todos estos antecedentes, la magistrada del Juzgado de Garantía de San Felipe, Carla Rigotti Alcayaga, decidió decretar la prisión preventiva en contra de Claudio Figueroa Figueroa, por considerar que su libertad es un peligro para la seguridad de la sociedad, además tener en cuenta un eventual peligro de fuga. De esta manera, el autor confeso del crimen deberá pasar al menos 180 días en la cárcel de Valparaíso, hasta que se lleve a cabo el juicio por este brutal femicidio.
PURANOTICIA