Explotación sexual de niños, niñas y adolescentes, estupro y adquisición de material pornográfico infantil son los delitos, cometidos contra ocho adolescentes que vivían en residencias de protección de Valparaíso y Quillota en el momento de las vulneraciones.
Haciendo uso de sus facultades legales, la Defensoría de la Niñez interpuso seis nuevas querellas criminales por diversos delitos sexuales en contra de niñas y adolescentes bajo cuidado del Estado, todas ellas viviendo en residencias de protección de las comunas de Valparaíso y Quillota al momento de ser víctimas de dichas gravísimas vulneraciones.
Los hechos relatados en las querellas afectaron a ocho niñas y adolescentes, siete de ellas mujeres y un hombre, entre 13 y 17 años.
Los diferentes hechos denunciados ocurrieron en distintos momentos del último año, y configuran delitos de la máxima gravedad, como facilitación de la explotación sexual infantil, estupro y adquisición de material pornográfico infantil.
Anuar Quesille, defensor de la Niñez, señaló que "estamos ejerciendo nuestras facultades para poder intervenir jurídicamente en estos delitos. Sin embargo, atendido a que se trata de situaciones gravísimas se requieren de muchas otras medidas, que permita un abordaje integral de un fenómeno tan violento como lo es la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes. Es necesario que todos los organismos del Estado y la sociedad en general trabajemos con un enfoque preventivo, que lleguemos antes de que ocurran hechos tan graves".
De igual forma, sostuvo que en el informe anual que presentarán el 30 de noviembre dedican una nota temática a esta problemática, la que analiza el fenómeno, la situación del país y, lo más relevante, levanta alertas de nudos críticos que se presentan en la prevención, protección, persecución y sanción, y finalmente entrega recomendaciones al Estado en todos esos frentes.
Estas nuevas seis querellas de la Defensoría de la Niñez se suman a las 16 ya presentadas por delitos de explotación sexual contra niñas, niños y adolescentes bajo cuidado del Estado en todo el país, en las que una abrumadora mayoría de las víctimas son mujeres.
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