Situación ha derivado en constantes denuncias de hacinamiento, lo cual incluso ha originado brotes de Covid-19, como el registrado en febrero del 2022 en el Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de Curicó, cuando se reportaron 116 contagiados.
Cifras de Gendarmería de Chile dan cuenta de la complicada realidad que atraviesa la región del Maule en materia carcelaria, ubicándose esta zona del país en el cuarto lugar con mayor cantidad de reclusos, sólo por detrás de las tres regiones con mayor número de habitantes como lo son la Metropolitana, de Valparaíso y Biobío.
Y es que Chile registra casi 120 mil (119.994) internos en recintos penitenciarios, siendo la región Metropolitana la que concentra un mayor número (36.520), seguida por Valparaíso (13.232) y Biobío (7.894). En cuarto lugar se ubica la región del Maule, que hasta el 31 de marzo del presente año reportaba 7.567 reclusos.
Esta cifra se desglosa de los 6.778 hombres y 789 mujeres que se encuentran tras las rejas a la fecha, los cuales forman parte de los subsistemas cerrado (2.361), abierto (3.904) y postpenitenciarios (1.302) de los establecimientos en Maule, Talca, Linares, Curicó, Cauquenes, Chanco, Parral, Molina, San Javier y Curepto .
Vale hacer presente que el subsistema cerrado da cuenta de un régimen de control cerrado, de control semiabierto y de control abierto, donde hay 2.210 hombres y 151 mujeres; el subsistema abierto, con reos que cumplen penas sustitutivas y medidas alternativas mantiene 3.414 hombres y 490 mujeres; y el subsistema penitenciario, con control según D.L. Nº409, control de indulto conmutativo y control en oficina de diagnóstico prontuarial, mantiene 1.154 hombres y 148 mujeres.
Es bajo este contexto que en la región del Maule se habla de hacinamiento de las personas privadas de libertad, situación que se ha denunciado constantemente durante la pandemia, tal como ocurrió en abril del año pasado donde familiares protestaron en las afueras de la cárcel de Talca, acusando malos tratos, falta de medidas higiénicas y dificultades para hacerles llegar la comida.
A esto se han sumado diversas denuncias, incluso desde el interior del penal talquino, que hablan de que este hacinamiento en el que viven los ha llevado a contagiarse de SARS-CoV-2, causante de la enfermedad por Covid-19, y que ha derivado en varios reportes de brote en el principal establecimiento penitenciario de la región.
"Así estamos viviendo los internos que somos solamente imputados. Módulo de imputados, todos enfermos”, decía uno de los internos en imágenes captadas con un teléfono celular y que fueron ampliamente difundidas en la zona. "Somos personas, necesitamos que los tribunales se hagan presentes de una buena vez, para que todas las personas vivan como tienen que vivir y no como animales. No somos animales. Aquí se están muriendo los internos", agregó el sujeto en aquel video.
Estos problemas fueron constatados por funcionarios del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), quienes en febrero acudieron al Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de Curicó para ver en terreno las condiciones en las que viven los reclusos, que días antes reportaron un brote con 116 internos contagiados.
A los problemas de hacinamiento, que conllevaron a registrar diversos episodios de brote de Covid-19, también se suma un tema que es recurrente en las cárceles de nuestro país: las falencias estructurales. Y es que el conjunto de complejidades hizo pensar a los más optimistas que la entrega de las obras en el esperado Complejo Penitenciario La Laguna, en Talca, se cumpliría en febrero de 2022 como se tenía estipulado, sin embargo, debieron guardarse sus expectativas.
El "segundo semestre del 2022" es el nuevo plazo de entrega, según indicó en una actividad realizada en febrero el entonces ministro de Justicia y Derechos Humanos, Hernán Larraín, asegurando también que este complejo ubicado en el sector norte de Talca será un “espacio adecuado" y que "terminará con el hacinamiento o las malas condiciones que lamentablemente todavía existen en muchas cárceles”.
Y en efecto, al menos así lo contempla el proyecto de esta futura cárcel que se emplazará en el sector de Panguilemo, y que promete ser la más grande de Chile, con 1.400 cámaras de televigilancia y destinada para 1.852 internos. Además, el recinto, de acuerdo al Ministerio de Justicia, tendrá un área externa y otra interna, la cual constará de una franja de seguridad con ocho garitas de vigilancia, seguridad electrónica, control de acceso vehicular y redes contra incendios.
Las obras entregarán tres pisos, más un túnel subterráneo de conexión entre ambas zonas. Además, en el área interna habrán 14 módulos de reclusión para población penal masculina imputada y condenada. Junto a ello contará con avanzadas de guardias, cuatro galpones industriales, gimnasio, venusterios, hospital penal, escuela centralizada, central de alimentos interna, sala de basura y un edificio de administración interna.
Cabe señalar que el nuevo edificio, cuyo avance era de un 98% hasta febrero de este año, tiene programado albergar a la población penal masculina de las cárceles de Talca, Curicó, Molina, Linares y Chanco.
PURANOTICIA