Claudia Uribe, manipuladora de alimentos que murió a los 30 años, fue aplastada por un montacargas, el cual utilizaba diariamente para servir la comida de los niños.
Una demanda laboral fue interpuesta por la familia de Claudia Uribe, manipuladora de alimentos que falleció mientras prestaba servicios en el jardín Guacolda, ubicado en el cerro Las Cañas de Valparaíso.
La trabajadora de 30 años fue aplastada por un montacargas, el cual utilizaba diariamente para servir la comida de los niños, sin embargo el elevador llevaba más de ocho años sin recibir mantención.
Es por eso que hoy, ad portas de cumplirse dos años de su trágica muerte, con representación del abogado Felipe Olea, su familia busca que existan responsabilidades por parte de la empresa Aliservice y de Fundación Integra, que opera como sostenedora del jardín infantil Guacolda.
“Hoy hemos interpuesto una acción laboral luego de haber recabado información en este lapso de tiempo, por medio de medidas prejudiciales y también a la espera de resultados de las distintas investigaciones llevadas a cabo por la Dirección del Trabajo. Estas investigaciones han establecido la responsabilidad no solo de la empresa, sino también de la Fundación Integra, a la cual se le cursaron multas por la negligencia que provocaron este trágico evento”, precisó el abogado Olea.
En esa línea, añadió que “el Ministerio Público debe asignar responsabilidades con nombres y apellidos, y proceder a formalizar a los imputados, porque creemos que la negligencia de muchos de los actores que debían procurar el cuidado y el buen funcionamiento de esta máquina no estuvo presente. Esta negligencia se ha transformado en homicidio culposo, que ha terminado con la vida de esta joven manipuladora de alimentos, quien falleció con apenas años de edad”.
Por su parte, la madre de Claudia, Teresa Becerra, detalló que su hija alertó sobre los problemas que estaba presentando el montacargas: “Mi hija muchas veces dijo que el montacargas sonaba mal, tenían ruido. Muchas veces le dijo a la directora y a la supervisora, pero no hicieron caso”, dijo.
Pero no habría sido la única irregularidad, pues su familia asegura que fueron avisados más de tres horas después del fallecimiento de la joven trabajadora, y precisan que adulteraron sus registros de asistencia, así como su firma: “Hubo mucha mano negra. A mí hija le falsificaron la firma, quisieron arreglar muchas cosas para su beneficio”, cerró.
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